El Ayuntamiento de Valls inicia este mes de marzo la campaña de reposición del arbolado público de la ciudad. Con esta iniciativa se busca reponer las bajas del año anterior, causadas por enfermedades, por la sequía o bien árboles que han sido dañados por el viento o accidentes. El objetivo de la reposición de arbolado es mantener y ampliar con el tiempo la superficie de espacios verdes públicos en la ciudad. Para re-naturalizar la ciudad hay que tender a construir una red de espacios verdes interconectados, de manera que haya una continuidad entre los parques de la ciudad, las calles con arbolado, y los espacios verdes naturales de los torrentes y del entorno de la ciudad.
Del total de 7.400 árboles que hay en Valls, se han producido 78 bajas a lo largo del año. De ellos se repondrán 52 árboles, priorizando aquellos que se encuentran en zonas con más afluencia de gente, así como aquellas especies menos sensibles a la sequía. También se aprovechará la reposición para sustituir algunas especies que no se han adaptado bien a la ciudad, o bien que sufren plagas difíciles de controlar. Una de las nuevas especies será la peral de flor (Pyrus calleryana), que se plantará en la Plaza de los Cuarteles y en las Viviendas de la Colla Vella. Los árboles restantes (26 ejemplares) pertenecen a especies más sensibles a la sequía. Su reposición queda a la espera de la evolución meteorológica.
Los efectos de la sequía
Cataluña sufre una de las sequías más extremas de su historia, y Valls no es una excepción, ya que la escasez de agua está afectando a todos los lugares del territorio. Esta situación empeora el estado en que se pueden encontrar los árboles dentro del municipio. Por este motivo, en el caso de algunas especies que por sus características son más sensibles a la falta de lluvia, se contempla hacer su reposición más adelante, cuando se empiece a revertir esta situación de sequía.
Los beneficios ambientales que proporcionan los árboles
El mantenimiento y el incremento de la superficie de espacios verdes contribuye a mejorar la calidad de vida de la ciudadanía, ya que nos proporcionan diversos beneficios o servicios ambientales que a menudo pasan desapercibidos, desde mejorar la calidad del aire y del suelo, hasta la regulación térmica del ambiente. En este sentido los árboles absorben el dióxido de carbono producido por la actividad humana, producen oxígeno a través de la fotosíntesis, y reducen la concentración de partículas en suspensión en el aire. Al mismo tiempo, también contribuyen a la mejora de la calidad del suelo, evitando la erosión. Cuando éste está seco y poco compacto, las raíces de los árboles ayudan a mantener el suelo húmedo y retenido alrededor de las mismas.
Además los árboles nos ofrecen protección de los rayos solares en las etapas más cálidas del año, cuando el sol brilla con más intensidad, produciendo espacios a la sombra, y acaban reduciendo el efecto de isla de calor de las ciudades. La sombra también ayuda para prevenir insolaciones u otras enfermedades relacionadas con el contacto solar directo.
Por último, vinculado a todo lo anterior, representan un refugio para todas aquellas especies de animales silvestres que quieren anidar o alimentarse de sus frutos, favoreciendo así a mantener la biodiversidad autóctona.
