Hablamos con el alcalde de La Pobla de Rosanes, Joan Maria Sardà, para conocer las transformaciones que vive el municipio y su papel en la articulación del territorio.
La pandemia marcó mucho el anterior mandato. Ahora que llegamos al ecuador del mismo, ¿qué destaca?
La pandemia nos cambió profundamente la vida. A nivel local, tuvimos que frenar muchos proyectos. Por ejemplo, la renovación de la avenida de la Generalitat era uno de ellos y ahora se hace realidad. También debería haber comenzado la renovación de un puente, una obra que ya está adjudicada. Estamos recuperando los proyectos que quedaron colgados la anterior legislatura y estamos en una inercia positiva.
Con el último tramo de la avenida de la Generalitat, tendremos una nueva calle con plataforma única. ¿Cuáles son los cambios urbanísticos que está viviendo La Pobla?
Hace unos años comenzamos con la plataforma única en el casco antiguo, que remodelamos completamente. Es importante que la gente perciba el cambio que habrá: se trata de un urbanismo moderno, sin aparcamiento en este primer tramo de la avenida. La luz de las farolas será RGB (puede cambiar de color) y dará una entrada muy potente a nuestro municipio.
También renovaremos la iluminación de la rambla, de arriba abajo, para contribuir al ahorro energético. En este ámbito, ahora estamos haciendo las expropiaciones de unos edificios afectados en la rambla, y el siguiente paso será licitar la obra. Se generará un eje muy potente, que complementa el de la Mina de Madrón, inaugurado hace un año.
Aparte de lo visible, también se aprovecha para renovar todas las tuberías, oye?
Las tuberías y el alcantarillado son muy antiguos y se están renovando completamente. Además, una tercera parte del pueblo ya cuenta con red separativa para las aguas pluviales y fecales, lo que nos permite evitar que toda el agua acabe en la depuradora cuando llueve. En cuanto al agua, también hemos inaugurado un depósito nuevo y tenemos una reserva de más de cuatro millones de litros, la cual nos permite garantizar el suministro en caso de emergencia, como durante el apagón.
Uno de los proyectos más destacados que tienen en cartera es la renovación del Complejo Deportivo. ¿Por qué hace falta un cambio?
El Complejo Deportivo Municipal son instalaciones que tienen 22 años y han quedado obsoletas. Hemos elaborado un plan director muy ambicioso y ahora estamos en proceso de concurso para redactar el proyecto definitivo. A partir del próximo año, comenzaremos las obras. Queremos crear un espacio agradable, abierto al pueblo y apto para pasear por él.
Cuando hablamos de La Pobla, a menudo se destacan los servicios sociales. ¿Todavía hay margen de mejora?
El objetivo principal del equipo de gobierno es ofrecer la máxima calidad de vida a los vecinos. Intentamos ayudar al máximo, con iniciativas como las becas al estudio. Siempre hay aspectos a mejorar, pero nuestro modelo es sostenible y equilibrado.
Tenemos capacidad de respuesta. Por ejemplo, en el ámbito de la seguridad, hemos instalado cámaras a petición de los vecinos y hemos incorporado dos vigilantes más. Sin embargo, recibimos una carta del jefe del Área Básica Policial (ABP) de Tarragona que afirmaba que, en los últimos 12 meses, La Pobla de Rosanes ha sido el pueblo con menos incidencias delictivas.
En cuanto a la vivienda, tuvieron un bloque de vecinos a punto de ser desahuciados. ¿Qué pasó?
Era un bloque sin cabeza ocupa, con gente que pagaba el alquiler. Todo fue fruto de un fraude: el promotor no pagaba la hipoteca y la Sareb se hizo cargo. A partir de ahí, el Ayuntamiento actuó con diligencia, ya que había una orden de desahucio para finales de noviembre. Vamos a liderar la situación y vamos a lograr detener el desahucio. Una vez frenado, se negoció con la Sareb, vecino por vecino, un alquiler asequible/social o, directamente, la compra. Fue un trabajo muy intenso por parte de nuestros servicios sociales.
“Somos el pueblo con menos delincuencia del Tarragonès en el último año”
Se está hablando de las mercancías por el interior. ¿Cómo ven el debate?
Nos lo miramos desde la segunda fila. Por ejemplo, en el área metropolitana no nos habían invitado ni informado. Ahora parece que esto está cambiando, y diremos la nuestra en las próximas reuniones. Uno de los temas será el de las mercancías por el interior, pero todavía no sabemos exactamente qué se propone.
La sensación es que alguien tendrá que ceder para llegar al consenso. ¿Preocupa que les toque a ustedes?
Hace falta consenso y que nadie salga como ganador o perdedor. Decir que quieres llevar las mercancías por el interior porque en la costa molestan no es un argumento suficiente. Necesitamos argumentos sólidos. Si el problema son las molestias, habrá que tomar muchas precauciones para que no se trasladen aquí. La línea Reus-Roda atraviesa La Pobla. El ciudadano de La Pobla no tiene menos derechos que el de las localidades de costa. Por lo tanto, hay que buscar un equilibrio y ser cuidadoso a la hora de plantear alternativas.
Comenta que se les tendrá más en cuenta en el área metropolitana. ¿De qué manera?
Lo desconozco. El alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales, me ha dicho que en las próximas reuniones estaremos presentes.
¿Qué pueden aportar?
Los pueblos del polígono norte no hemos tenido nunca peso en las decisiones del territorio. La costumbre ha sido apañarnos solos. Cuando se han hecho infraestructuras, no se ha pensado en nuestros pueblos. Por ejemplo, tenemos la A-27 porque era el camino más corto para llegar al Puerto. Si no hay una explicación clara de qué es el área metropolitana, es difícil tener una posición en un debate donde no has estado.
¿Le gustaría que se explotara la vía de llevar el tranvía a La Pobla?
¡Y tanto! Tenemos un complejo petroquímico donde trabajan entre dos y tres mil personas cada día. ¿Te imaginas lo que supondría tener esta comunicación? No sólo para los trabajadores, sino también para los propios vecinos. Sería un tema crucial.
El Ecoplanta irá finalmente a El Morell. A pesar de no estar en su término municipal, también es una buena noticia para La Pobla?
Para La Pobla y para el conjunto del territorio. Nos asegura 50 años más de continuidad del complejo. Sin estas nuevas plantas, posiblemente el polígono habría entrado en decadencia.
¿El complejo y las instituciones están preparados para afrontar la descarbonización?
Sí, estoy convencido de ello. Ya se habla de electrificar muchas plantas y de capturar el CO₂. Van en la buena dirección.
“Diremos la nuestra en las próximas reuniones del área metropolitana”
Ha estado 30 años en la alcaldía encadenando mayorías absolutas. Pero no es lo mismo ser alcalde en los años 90 que ahora, en 2025. ¿Cómo ha vivido estos cambios?
No hay otra opción que adaptarte. A las nuevas tecnologías, a la sociedad… Si te quedas obsoleto, te envían hacia casa. La clave es adaptarte a los nuevos tiempos, y debes responder a la confianza que los vecinos depositan en ti, y hacerlo con trabajo, ilusión y eficacia.
¿Tiene gasolina para más?
Lo que tengo es ilusión. Mientras lo tenga y los vecinos confíen en mí, continuaré. Proyectos como el del Complejo Deportivo o la renovación de la rambla son muy potentes.
En estos años ha tenido que gestionar también el crecimiento demográfico. ¿Cómo lo ha hecho?
Cuando entré, éramos 900 habitantes y ahora somos 4.300. La gente de La Pobla no ha notado este crecimiento gracias a la previsión. Primero con un nuevo depósito de 3 millones de litros –sumado al de 1 millón de hace un año–, pero también con el alcantarillado. Si no hubiéramos actuado con antelación, el crecimiento nos habría desbordado.
¿Se ha conseguido que los recién llegados tengan sentimiento de pertenencia a La Pobla?
La gente que ha venido se ha adaptado muy bien. El sábado pasado celebramos la festividad de las entidades, y la mayoría de participantes eran recién llegados. Se han integrado plenamente en el tejido asociativo del municipio. Además, cuando se entrega el cheque bebé, conocemos personalmente a las familias, nos preguntan cosas y eso les ayuda a integrarse.
