Balance de medio mandato cargado de críticas. Una vez superados los dos primeros años de mandato en el Ayuntamiento de Tarragona, Esquerra Republicana ha valorado la acción del gobierno de Rubén Viñuales. En una línea similar a la entrevista que la portavoz del grupo dio en este medio, los republicanos critican la falta “de ambición, palabra y rumbo” de los socialistas y les piden “dejar de vivir de la inercia” del gobierno de Ricomà.
Según los republicanos, los principales proyectos que se han sacado adelante este primer tramo de mandato son lo que llaman “legado republicano”. Como ejemplos ponen el parking disuasivo de Guillem Oliver, el del paseo Torroja, el derribo del “mamotreto” u otras actuaciones urbanísticas. Por contra, la portavoz Maria Roig critica la desaparición de propuestas anunciadas en campaña como la Rambla de Mar, la Font dels Lleons o el bus gratuito.
El principal grupo de la oposición también ha puesto énfasis en la limpieza y la licitación de su contrato, que quedó desierto el anterior mandato. Xavi Puig, portavoz adjunto, afirma que “la ciudad está sucia” por culpa del incivismo y la poca fiscalización a la empresa que presta el servicio. Además, el conseller reprocha al gobierno no haber pedido una aclaración ante la sentencia del Tribunal de Contratos que detuvo la adjudicación del nuevo contrato. “El Ayuntamiento tenía que reclamar una aclaración. Ahora vamos completamente a ciegas”, sentenció.
Un pacto sin frutos
De hecho, Esquerra pactó el primer año los presupuestos con los socialistas. Con todo, no se quisieron sentar a negociar las cuentas de 2025 porque no se habían cumplido los compromisos. Roig asegura que “más del 80% de los acuerdos no se han cumplido”. La portavoz republicana reivindica que se avancen en puntos como el plan de accesibilidad, el asfaltado, Unió-Prim-Apodaca, la remodelación de la Rambla Nova o los centros cívicos. Pese a ello, ERC considera que han forzado decisiones como el precio del parking Torroja, el estudio de la calidad del aire o el freno en las zonas reguladas de L’Arrabassada y Joan XXIII.
Abiertos a un consenso urbanístico
El Plan de Ordenación Urbanística Municipal (POUM) es uno de los deberes que quedan pendientes para esta segunda mitad del mandato y un punto donde PSC y ERC pueden acercar posiciones. “Estamos dispuestos a llegar a un entendimiento con el gobierno, pero pedimos que trabajen para evitar unas nuevas elecciones urbanísticas en 2027”, afirma Puig. El portavoz adjunto, sin embargo, se muestra contrario al desarrollo del entorno de Mas d’en Sorder, propuesta que abandera Junts. Aparte de eso, los republicanos exigen al alcalde que la Generalitat “apueste por una situación grande”.