Vecinos y vecinas del municipio, el alcalde, concejales y entidades afectadas se han reunido esta mañana ante las obras del tren de Roda de Berà para comunicar las necesidades que tienen y tendrán tras esta actuación.
La preocupación del alcalde, Pere Virgili, es mayúscula. Virgilio quiere respuestas de parte de Adif y de la constructora por las consecuencias de las obras en las calles implicadas. Una de las grandes preguntas es, que pasará con la Semana Santa, porque es el punto más álgido de afluencia al municipio y tienen serias dudas de que las calles estén operativas para estacionar y por la circulación -a la vez que limpias-.
Además, los vecinos y las vecinas, deben quejarse a Adif a través de un enlace, a pesar de tener grietas en su hogar. Por lo que explica el alcalde, uno de los vecinos que trató de tramitar esta queja tiene muchos problemas a la hora de ejecutarla. También ha pedido que las quejas no sean por las redes sociales solo, sino que si cualquier vecino las tiene, que las haga formalmente.
Los campings tienen preocupación por los ruidos que puede provocar este nuevo tráfico. Sin embargo, el responsable del Camping Stel comenta que a su altura no podrá contar con paneles acústicos y que esto puede afectar a las reservas.
Las afectaciones al municipio por las obras del tren son incentivables por todos. Hay un gran despliegue de máquinas tanto por la calle Mallorca, como en los diferentes aparcamientos que hay, así como la calle Pineda y la residencia del Banco de España.
