A las 14.15 horas de ayer, agentes de la Policía de la Generalitat-Mozos de Escuadra de la Unidad Regional de Policía Administrativa (URPA) y de la Unidad de Seguridad Ciudadana (USC) de la comisaría de Tarragona, llevaron a cabo un dispositivo conjunto con efectivos de la Guardia Urbana, la Guardia Civil y la Policía Nacional.
El dispositivo se centró en tres establecimientos de compraventa de objetos usados ubicados en la calle Alguer de Tarragona, donde habitualmente se concentran personas que también efectúan operaciones económicas y sin licencia en la vía pública. Este tipo de operativos se planifican con el objetivo de aumentar la sensación de seguridad entre los vecinos de la zona y controlar actividades que pueden ser constitutivas de infracciones penales y administrativas.
En el marco de la Ley Orgánica 4/2015 de Protección de la Seguridad Ciudadana, los agentes identificaron a un total de 18 personas y denunciaron administrativamente uno de los locales por no anotar las compras realizadas en el correspondiente libro de registro ni tampoco comunicar los productos adquiridos para poner a la venta tal y como están obligados este tipo de negocios.
Como en anteriores operativos, los policías comprobaron también que no hubiera ninguna persona en la calle esperando para captar otros a quienes comprar material de segunda mano antes de acceder al interior de los establecimientos. Se trata de una práctica no autorizada, dado que no existe ningún tipo de control, registro o comunicación a la policía y por tanto puede favorecer la receptación de objetos de dudosa procedencia.
Durante esta actuación policial, agentes del Grupo de Delincuencia Urbana de los mozos detuvo a uno de los hombres identificados tras comprobar que le constaba una orden vigente de búsqueda y detención.
Por parte de la Guardia Urbana, se instruyeron hasta cuatro actas por infracciones administrativas diversas, mientras que la Policía Nacional citó a una persona por infringir la ley de extranjería.
Finalmente la Guardia Civil, inició los trámites para decomisar el contenido de una vitrina que contenía varias armas blancas y réplicas de armas de fuego reales. En concreto, 20 armas blancas y 19 de aire comprimido; ocho cortas y once largas. Los agentes comprobaron que el establecimiento no disponía de la correspondiente licencia para la venta de este tipo de armamento y denunció a sus responsables por infracción del actual Reglamento de Armas.