.gif)
Tal y como explicábamos desde
el Diario La Ciudad
, últimamente se han producido dos episodios de violencia en dos hospitales de Cataluña. Uno de ellos pasó al Hospital Universitario de Terrassa, donde ocho personas que acompañaban a una paciente embarazada atacaron violentamente a dieciséis trabajadores del Consorcio Sanitario de Terrassa (CST) tras constatar que había complicaciones durante el parto.
De estos dieciséis, ocho quedaron heridos con grados de gravedad diferente. Asimismo, los autores de los hechos también destrozaron mobiliario y equipamiento como ordenadores y otros aparatos electrónicos.
A raíz de las denuncias de los propios sanitarios el gobierno respondió en consecuencia y anunció que se reforzarían los protocolos para garantizar la integridad de los profesionales sanitarios tras los episodios violentos de altercados en el Josep Trueta y en el Consorcio Sanitario de Terrassa; pero hasta ayer no concretaron cuáles serían estas medidas.
Así pues, en una atención a prensa en Vilafranca del Penedès, el conseller de Salud, Manel Juncosa, aseguró que el Departamento ha empezado a instalar “los elementos necesarios” para reforzar la seguridad en los hospitales tras las agresiones vividas.
En este sentido, tal y como confirma la ACN, Juncosa afirmó que “han implantado el botón del pánico y nuevas puertas de seguridad en estos hospitales, con la intención de extenderlo al resto de hospitales catalanes”.
Por lo tanto, la instalación del conocido como botón del pánico, como nuevas puertas de seguridad reforzadas así como más presencia de agentes de vigilancia privada es ya una realidad en la ciudad de Terrassa. “En Terrassa ya está hecho y ayer lo pudimos comprobar, no hemos tardado en intensificar las medidas”, ha explicado el conseller, que ha defendido la necesidad de “redoblar los esfuerzos”.
Finalmente, hay que añadir que el propio consejero Juncosa aprovechó para pedir “abrir un diálogo con todas las comunidades culturales” con el fin de evitar nuevas agresiones a los sanitarios cuando una situación médica se complica.
Además, Juncosa ha situado el foco en colectivos “con dinámicas culturales diferentes, especialmente en barrios socioeconómicamente más deprimidos” y ha recalcado la importancia de que “en medicina, hay complicaciones que no son malas praxis, sino que se tienen que atajar sin que los profesionales reciban las consecuencias”.
