La Guardia Civil ha desarticulado en Cataluña y Aragón una organización criminal dedicada al tráfico ilegal de tortugas en el marco de la operación Squirtle.
En la misma se han investigado seis personas presuntamente vinculadas con tres empresas relacionadas con delitos contra la fauna, el contrabando, la falsedad documental y la organización criminal.
La investigación comenzó en 2022, cuando agentes del Seprona, realizaron una inspección en una tienda de venta de animales en Zaragoza, donde descubrieron un ejemplar de tortuga rusa a la venta sin identificación y con una documentación falsa.
A raíz de este caso, se inició una investigación que ha conducido hasta un almacén mayorista en Terrassa, donde se han realizado 115 tortugas y 5 camaleones protegidos, sin ninguna clase de microchip y con documentación falsa.
Este establecimiento se proveía de otros de toda Europa, donde se amparaban los animales con documentos de importación o criaderos para simular su legalidad.
Cómo operaban
En concreto, la organización simulaba la falta de identificación de los animales justificando su tamaño pequeño y no usando métodos alternativos contemplados en la ley como el registro de fotografías.
También se encontró documentación con la que se comercializaban los animales juveniles supuestamente con microchips.
La investigación reveló que los implicados falsificaban los certificados asemejentándose que “pareciera que los animales tenían una procedencia legal, dificultando detectar irregularidades a simple vista”.
Esto permitió que la red actuara durante un tiempo considerable sin ser detectada.
Los agentes del Seprona, sin embargo solicitaron un informe al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico que determinó que tanto las tortugas como los camaleones son animales protegidos, y valoró el daño medioambiental para extraer a los animales del medio natural en casi seis millones de euros, aunque el valor de venta legal de los animales se ha estimado en 14.000 euros.