Antihéroes sin rumbo que no encuentran su lugar en el mundo, mientras fuera, un diluvio ha parado la ciudad. Mal de coraçon es una de las maneras con que Santa Teresa llama su enfermedad. No se sabe con certeza qué sufría exactamente, pero lo que sí es evidente es que su relación con el dolor era fuerte e intensa.
Tres personajes agónicos y medio alcoholizados que sufren algún dolor en el alma se encuentran en un bar. Un espacio que, como el convento, reúne gente que, de alguna manera, necesita huir de la cotidianidad.
Ánimas asustadas, fieles al lugar que habitan, que pueden tener visiones, si no místicas, como mínimo distorsionadas. Una camarera que en realidad es actriz prepara un casting para un musical sobre Santa Teresa; un enamorado resentido y medio paranoico que cree que su pareja lo ha dejado por Dios y un profesor de filosofía moribundo y fracasado que desea ser redimido.