Este lunes ha arrancado en la Audiencia de Barcelona el juicio contra un hombre acusado de agredir sexualmente a ocho mujeres en Sant Cugat del Vallès entre enero de 2020 y abril de 2021. Al acusado, que fue detenido en junio de 2021 y que estuvo un año y medio en prisión preventiva, se le imputa un delito de agresión sexual con penetración, seis delitos de agresión sexual sin penetración y un delito de agresión sexual sin penetración en tentativa, por los que la Fiscalía pide 36 años y 11 meses de prisión. En esta primera sesión han declarado las ocho víctimas y la responsable de la empresa donde trabajaba el acusado. Todas las agresiones tuvieron lugar a primera hora de la mañana en el entorno de la estación de FGC de Sant Cugat del Vallès.
En sus declaraciones, las ocho víctimas, con edades comprendidas entre los 17 y los 50 años en el momento de los hechos, han explicado que el agresor, que siempre llevaba la cara tapada con un pasamontañas, las abordó en el entorno de la estación de FGC en Sant Cugat a primera hora de la mañana cuando todavía era oscuro y no había mucha gente por la calle.
Aunque con pequeños matices, las mujeres agredidas han recordado que el hombre, que llevaba siempre un pasamontañas, era de complexión fuerte pero no muy alto y que vestía un uniforme de trabajo de color oscuro con una franja reflectante en el pantalón.
En el caso de la agresión sexual con penetración, la víctima ha explicado que mientras corría a primera hora de la mañana por el Parque Central de Sant Cugat el 3 de febrero de 2021, un hombre la cogió con fuerza por detrás y le introdujo un dedo en la vagina. Cuando se defendió llamando y dándole un golpe de codo, el agresor huyó.
Esta víctima ha explicado que minutos antes de la agresión tuvo que esquivar a tres hombres que estaban parados en una acera y que iban vestidos igual que el agresor. Aunque les vio la cara, no ha podido precisar si alguno de ellos podía ser el hombre que la agredió.
En el resto de casos sin penetración, el modus operandi fue muy similar. El agresor, menos en un caso que fue de cara, atacaba a las mujeres por la espalda cogiéndolas con fuerza y aprovechando los primeros momentos de confusión para golpearlas. Cuando las víctimas reaccionaban y se ponían a llamar o se enfrentaban salía corriendo.
En el caso que acabó en tentativa, el agresor se acercó a la mujer cuando entraba en un edificio con las manos en los genitales y cuando ésta cogió su móvil para pedir ayuda le dijo que no hiciera nada porque se lo pasarían bien. Esta víctima, la única propuesta por la defensa, ha dicho que el agresor le pareció que tenía acento extranjero.
La responsable de la empresa de mantenimiento de ascensores donde trabajaba el acusado, ha explicado que era un operario cualificado que operaba por la zona donde se produjeron las agresiones y que el uniforme que llevaba podía coincidir con el descrito por las víctimas.
La Fiscalía pide 12 años por el delito de agresión sexual con penetración, cuatro años de prisión por cada uno de los seis delitos de agresión sexual sin penetración y 11 meses de prisión por el delito de agresión sexual sin penetración en tentativa. también pide que el acusado no se pueda acercar a menos de 1.000 metros de las víctimas y que a tres de ellas las indemnice con 2.000 euros por daños morales. Por último, pide imponer al acusado una medida de libertad vigilada durante cinco años a ejecutar tras la pena privativa de libertad.