En el actual mundo en el que nos ha tocado vivir, el teléfono móvil se ha convertido en una herramienta imprescindible para nuestras actividades diarias, desde la comunicación con amigos o familia, hasta el trabajo remoto.
Sin embargo, la línea entre el uso productivo y la dependencia patológica se ha vuelto cada vez más difusa, y ha propiciado un terreno fértil para la adicción.
La psicóloga Micaela Amengual, con más de diez años de experiencia de consulta en Barcelona, da luz sobre este fenómeno moderno y nos ofrece estrategias efectivas para gestionar nuestra relación con la tecnología y salvaguardar nuestra salud mental.
Entendiendo la adicción al móvil
La adicción al móvil se clasifica dentro de las adicciones comportamentales, caracterizadas por la repetición de conductas que, si bien son placenteras al inicio, se convierten en compulsivas y difíciles de interrumpir.
Este tipo de adicción se manifiesta a través de un uso excesivo que interfiere en la vida diaria del individuo, afectando su bienestar emocional y capacidad para gestionar el estrés.
Identificación de señales de riesgo
Permanecer encerrado en tu habitación por periodos prolongados, la irritabilidad al limitar el acceso al dispositivo, las fluctuaciones emocionales repentinas, una marcada disminución en el rendimiento académico y la interacción social son indicativos claros de una posible adicción.
Reconocer estos signos es el primer paso crítico hacia la búsqueda de ayuda profesional y la implementación de medidas correctivas.
Estrategias para un cambio saludable
Reducir la dependencia del móvil requiere un enfoque integral y la adopción de hábitos saludables que promuevan el bienestar físico y mental:
• Diversificar las actividades de ocio: Involucrarse al pasar tiempo haciendo planes que no requieran pantallas, como la pintura, el deporte o la lectura, puede alentar a los adolescentes y a los adultos a desvincularse de los dispositivos y explorar nuevos intereses.
• Fomentar la actividad física: El ejercicio regular no sólo mejora la salud física, sino que también reduce el estrés y la ansiedad y disminuye la necesidad de recurrir a la tecnología.
• Priorizar las interacciones cara a cara: establecer reglas claras sobre el uso del móvil durante reuniones con amigos y familiares fortalece las relaciones personales y mejora la calidad de las conversaciones.
• Alejar el móvil durante la noche: Dejar el teléfono fuera de la habitación puede ayudar a mejorar los patrones de sueño y reducir la ansiedad asociada con la necesidad de estar conectados constantemente.
• Moderar la participación en redes sociales y grupos de mensajería: establecer límites para estos canales puede liberar tiempo valioso y disminuir la sensación de estar abrumado por las interacciones digitales.
• Implementar el modo avión en momentos clave: Utilizar esta función durante las comidas o en momentos de relajación ayuda a mantener el foco en el presente y disfrutar de las experiencias sin distracciones.
La importancia de la intervención profesional
Micaela Amengual subraya la relevancia de buscar orientación profesional al identificar patrones de uso problemático del móvil.
Los psicólogos pueden ofrecer un marco de apoyo para entender las causas subyacentes de la dependencia y desarrollar estrategias personalizadas para gestionar la ansiedad y mejorar la autoestima, fundamentales para superar la adicción.
En nuestra sociedad actual, marcada por la omnipresencia de la tecnología, aprender a gestionar nuestra interacción con el móvil es fundamental para nuestro bienestar.
Siguiendo los consejos de expertos como Micaela Amengual y adoptando un enfoque consciente y equilibrado hacia el uso de dispositivos digitales, podemos disfrutar de los beneficios de la tecnología sin caer en patrones perjudiciales.