El gobierno español ha marcado el 11 de noviembre como fecha límite para que todos los actores de la mesa de diálogo social, principalmente la patronal, digan si aceptan su propuesta de reducción de jornada laboral a 37,5 horas semanales. El secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, lo ha dicho en rueda de prensa tras la decimotercera reunión de ejecutivo, sindicatos y organizaciones empresariales para llegar a un pacto sobre esta negociación, que arrancó en enero pasado. “El círculo está definitivamente cerrado. El perímetro de la negociación ha quedado concluido”, ha asegurado Pérez Rey, que ha advertido a la patronal de que si el día 11 dice no, el Estado intentará pactar la medida con los sindicatos para llevarla al Congreso cuanto antes.
En la reunión celebrada este martes el ejecutivo encabezado por Pedro Sánchez ha puesto sobre la mesa una línea de ayudas que podría llegar a los 375 millones de euros para compensar la productividad que las empresas de menos de cinco trabajadores perderían con la reducción horaria. La medida significaría subvenciones de hasta 6.000 euros por empresa en cinco sectores concretos, comercio, hostelería, peluquería, limpieza y agricultura. Según Pérez Rey, la línea de subvenciones afectaría a 470.000 empresas.
“No hay duda del compromiso del gobierno con establecer todos los instrumentos necesarios para alcanzar el acuerdo. No hay excusa para poder hacerlo“, ha subrayado el secretario de Estado de Trabajo, que a su vez ha advertido a la patronal de que el “compromiso” del ejecutivo es llevar el proyecto de ley al Congreso “tal y como se comprometió con la ciudadanía” hace ahora un año.
El gobierno pretende modificar el artículo 34 del Estatuto de los Trabajadores de tal manera que la reducción de jornada afecte a cualquier persona de cualquier ámbito laboral, mientras que, según ha explicado Pérez Rey y han corroborado posteriormente en rueda de prensa los sindicatos mayoritarios, la única propuesta que en estos diez meses de negociación ha ofrecido la patronal es que la reducción de jornada se negocie en el marco de los convenios colectivos de cada sector.
En opinión de Pérez Rey, que ha subrayado que lo decía “con un cierto cansancio” por la reiteración y la insistencia de la patronal en la idea, este es un argumento “que parece sacado directamente de los años 80”, porque “si en 40 años hay sectores que no han conseguido reducir la jornada, es evidente que la única manera de hacerlo es por ley”.
Por todo ello el secretario de Estado ha hecho un llamamiento a patronal y sindicatos a dar una “respuesta definitiva” el lunes día 11, al tiempo que ha advertido de que “el escenario óptimo” es el del acuerdo tripartito. “Si la patronal no entra en el acuerdo, el gobierno intentará acordar la medida con las organizaciones sindicales. No cabe duda de que en este intento la geometría de la propuesta cambiará. Algunos de los elementos que pueden servir para que la patronal se avenga a entrar en el acuerdo pueden quedar fuera”, en alusión, sin mencionarlo, al paquete de ayudas que el gobierno ha puesto hoy sobre la mesa.
Los sindicatos, “nada optimistas” con la patronal
Los representantes sindicales, que han atendido a los medios a continuación del secretario de Estado, han insistido igualmente en este punto: la propuesta del gobierno se enmarca en un “acuerdo tripartito”, un acuerdo sobre el que los sindicatos no son “nada optimistas” por la actitud de la patronal.
Sólo en este marco los sindicatos entrarán a valorar la propuesta del ejecutivo. Si finalmente la patronal se desmarca, las condiciones pueden cambiar. El paquete de subvenciones es una medida que a los sindicatos les parece que va “en la dirección correcta”, pero igualmente subrayan que sus prioridades pasan por que haya un control correcto del registro horario de la jornada o por blindar el derecho a la desconexión digital de los trabajadores, antes que por las ayudas.