Los restos extraídos en el Monasterio de Santa Maria de Bellpuig de les Avellanes, en Os de Balaguer, podrían alinearse con el hecho de que fueran los del conde Carrilet X, sus padres Àlvar I y Cecília de Foix y su hermano Àlvar II, vizconde de Àger. Así lo han constatado los resultados obtenidos tras el estudio antropológico de los restos conservados en las oseras de los sepulcros de los condes de Urgell.
En el propio Monasterio, hoy se ha presentado al resultado de este estudio antropológico después de que el pasado día 19 de mayo se realizara la apertura de las ojeras con los restos que corresponderían a los condes de Urgell. Durante toda la semana, la investigadora Núria Armentano ha llevado a cabo el estudio de los restos, con el fin de confirmar si se trata de los condes de Urgell; además de conocer las posibles circunstancias de sus muertes, dato también relevante para la verificación de la identidad a partir de la documentación existente.

La presentación ha corrido a cargo de la investigadora del Museo de Arqueología de Cataluña, Núria Armentano Oller; la directora del Museo de Apoyo Territorial de La Noguera, Carme Estaràs Trepat; y el director del Monasterio de Santa Maria de Bellpuig de les Avellanes, Robert Porta.

En cuanto al hallazgo, se ha podido individualizar hasta cuatro cuerpos casi al 100%, de ellos dos con anomalías, y que son tres hombres y una mujer. La realidad es que, aparte de estos cuatro cuerpos, también se han encontrado otros restos intrusivos no individualizados que contabilizan cinco cuerpos más con un total de 9, aunque son piezas que no se han podido unir y que podrían estar relacionadas con su traslado.
Según este estudio, el individuo de edad avanzada podría corresponder a la empresa X por las fuentes documentales y porqué sufría tuberculosis. Este es un cuerpo de un hombre de unos 55-65 años con el 90% de preservación esquelética; por otro lado, otro de los cuerpos indica que podría ser Álvaro I, de entre 30-40 años, y del que se ha encontrado el 100%; otro de los cuerpos se plantea que pueda ser Álvaro II, de entre 30-40 años, con marcas incisas y con el 100% de preservación; y finalmente tenemos los huesos de la mujer, de entre 30-40 años con una preservación del 86% y donde todo indica que sería Cecilia de Foix.
En cuanto a Álvaro II, se conoce por fuentes escritas que cuando moría un caballero lejos de casa se le bullía para devolver sólo los huesos, y estos podrían ser compatibles con Álvaro II. “Todos tienen una talla superior al metro 80. Eran personajes bien alimentados y que pertenecen a los condes. La semana pasada era más prudente, pero ahora tenemos más claro que hay evidencias que relacionan los restos con los condes de Urgell”, ha asegurado la investigadora Núria Armentano.


“Ahora pasaremos a la fase de análisis porque que nos ayude a demostrar que estas personas son ellos. Analizaremos el parentesco, tejido textil, la ropa que llevaban… Pensamos que pueden ser realmente ellos, y queremos profundizar cómo eran, cómo vivían y otros análisis de alimentación. Una vez se cierre el proceso de estudio, los restos se volverán a cerrar”, ha explicado Armentano.
La idea es hacer más analíticas para incidir en el parentesco que hay entre los cuerpos y en las causas de las muertes, con resultados en otoño.

La apertura de las ojeras de los condes de Urgell se llevó a cabo en el marco del proyecto para reproducir los sepulcros originales, los cuales actualmente se encuentran en el The Met Cloisters de Nueva York.

