Los internos implicados en delitos extremadamente violentos, como asesinatos o lesiones graves, no podrán trabajar en las cocinas de las cárceles de Cataluña ni en talleres donde tengan que manipular instrumentos peligrosos.
El acceso de los reclusos a estas tareas, que implican el manejo de instrumentos peligrosos, estaba en revisión desde marzo pasado, cuando una cocinera de la cárcel Mas d’Enric del Catllar, fue asesinada por un interno que trabajaba con ella y que cumplía condena por asesinato.
Este crimen provocó que los funcionarios de prisiones hicieran oír su voz, consiguiendo que la consejería se mantuviera en suspenso ante una oleada de movilizaciones que tensó los centros penitenciarios.
Ramon Ribagorçana, el nuevo consejero, ha explicado que se han revisado las circulares que regulan el acceso de los internos a puestos de trabajo dentro de los recintos penitenciarios para incorporar esta nueva medida, que prohíbe el acceso a las cocinas de los presos con delitos de sangre, tanto penados como preventivos. Con este nuevo protocolo, que ha entrado en vigor este mismo lunes, lo que se busca es conseguir “equilibrar dos cuestiones. que son de igual importancia, la seguridad en el trabajo por parte de los servidores públicos y los derechos de los internos., y preservar algo que es sustantivo, que es la convivencia en los centros“, dice el consejero.
A su vez, sin embargo, comenta que el derecho a la reinserción por parte de los internos no se puede dejar de lado, ya que menciona: “Es un binomio que no se puede perder nunca de vista, la seguridad de los centros, pero también las condiciones de vida de los internos”.
Para el Ayuntamiento, se trata de una medida “de sentido común” porque “resulta difícil entender que alguien que tiene delitos violentos, a veces con armas blancas, con resultado de muerte o lesiones graves, pueda trabajar con determinadas herramientas, como cuchillos”.