Kaya Jones, exintegrante del grupo pop Pussycat Dolls, ha sacudido las redes sociales con unas explosivas declaraciones en las que asegura que la banda, conocida por éxitos como Don’t Cha y Buttons, no era solo un grupo musical, sino una “fachada para una red de prostitución“.
En un hilo en la plataforma X, Jones denuncia que las integrantes del grupo eran obligadas a llevar a cabo actividades sexuales con personas que se les indicaba.
“No estábamos en un grupo de chicas, estábamos en una red de prostitución. Ah, y cantábamos y éramos famosas”, afirmó Jones.
La cantante, que abandonó la banda antes de su debut en 2005, asegura que los abusos fueron tan graves que la llevaron a dejar su carrera musical, a pesar de tener un contrato discográfico de 13 millones de dólares.
Jones también denunció en 2017 estos abusos, pero afirma que fue silenciada y nadie le hizo caso.
“Nos pagaban 500 dólares a la semana mientras otros se hacían millonarios a costa de nuestro sufrimiento”, argumentó.
Las revelaciones han generado un intenso debate y han reabierto la discusión sobre el lado oscuro de la industria musical.
Mientras que Jones cuenta ahora con el apoyo de miles de seguidores en redes sociales, quienes piden que se investigue el caso, la fundadora del grupo y una de las principales acusadas, Robin Antin, y otras personas implicadas no han respondido públicamente a estas acusaciones.