El papa Francisco ha sufrido en las últimas horas una “crisis aislada de broncospasmo” que le ha provocado un “episodio de vómito con inhalación” y que le ha agravado la condición respiratoria, según el comunicado de tarde que emite la Santa Sede desde que el pontífice ingresó en el hospital Gemelli de Roma, el 14 de febrero.
Jorge Mario Bergoglio ha sido atendido inmediatamente con broncoaspiración y ventilación mecánica no invasiva, y según la Santa Sede el paciente ha mostrado “una buena respuesta en los intercambios gaseosos”. Con todo, el pronóstico del Papa sigue siendo reservado y los médicos necesitarán un periodo de 24 a 48 horas para evaluar la evolución después de este episodio. El pontífice se mantiene consciente y colabora en las maniobras terapéuticas.
Finalmente, la Santa Sede admite que la situación “todavía es delicada”, e indica que se mantiene un seguimiento de su evolución para determinar los próximos pasos en el tratamiento.