La manifestación masiva que el sábado hizo hervir las calles de Barcelona dejó algunos testimonios de la desesperación de algunas familias y hogares catalanes ante el aumento imparable de los precios de los alquileres.
Uno de ellos fue el de la Míriam Rodríguez, una mujer que explicó a ‘La Ciudad’ que es madre soltera con dos hijos a su cargo. “Hace meses que nos quieren hacer fuera del piso. No puedo pagar el alquiler y no sé dónde dormiremos el mes próximo”.
La Míriam explica, además, que el hecho de verse obligada a pagar un alquiler desorbitado lo ha hecho sentir incluso mala madre. “Voy a tener que elegir entre alimentar a mis hijos o pagar el alquiler. Es inhumano. Me siento una mala madre porque no los he podido proteger de esta situación”, explicaba con lágrimas en los ojos.
La Antonia Manzano, de 82 años, también explicaba a la periodista Lourdes Tasies cómo su pensión se había vuelto insuficiente para cubrir el alquiler de su piso, en el barrio del Raval, donde ha vivido toda la vida.
“Siempre me han dicho que los derechos se ganan en la calle, y aquí estoy, por los jóvenes y por el futuro”, aseguraba llena de fuerza y esperanza en una lucha que afecta prácticamente a todas las franjas de edad.
La situación ha llegado a unos límites en los que incluso no descarta perder su autonomía e independencia y volver a vivir con sus hijos si la situación no mejora.
En una situación parecida se encuentra el Manuel Ortiz, otro manifestante que el sábado protestó contra los precios de los alquileres en Barcelona: “El Gobierno me hace fantástico. Hablan de derechos, pero lo que hacen va en contra de los ciudadanos. No podemos pagar más del 50% de nuestros ingresos en alquiler, pero es la realidad de muchos. Es vergonzoso”.
Entre las peticiones del Sindicato de Inquilinos está rebajar un 50% el precio de los alquileres y convertirlo en un precio “asequible”, ya que consideran el derecho a la vivienda un derecho fundamental: “no pararemos hasta que se respete”, asegura la Antonia.