La Audiencia de Lleida ha condenado a 4 años de prisión a un ladrón multirreincidente por el robo de 600 euros y de cupones de medicamentos de una farmacia de la capital del Segrià el pasado 8 de febrero. La sentencia se basa en una batería de indicios “contundente” que incluye las grabaciones de las cámaras de seguridad, el hallazgo de sus llaves de casa en el interior de la farmacia y la localización de una huella dactilar suya en un adoquinado que habría usado para romper la puerta y acceder al establecimiento hacia las cinco de la madrugada. La condena es por un delito de robo con fuerza con la agravante de disfraz porque el individuo, de 41 años, se cubrió la cabeza con la capucha de la chaqueta para evitar ser descubierto.
Según la resolución judicial, tras acceder por la fuerza al establecimiento -que estaba cerrado al público- el hombre se apoderó de los 600 euros en metálico que había dentro de las tres cajas registradoras y de varios cupones de medicamentos, cuyo importe no se ha podido determinar.
En el interior de la farmacia encontraron un juego de llaves que abrían el domicilio donde vivía el acusado y también una huella dactilar en un trozo de adoquinado localizada junto a la puerta violentada. Además, una patrulla de los Mossos encontró una caja rota y escondida en una calle de la ciudad poco después de los hechos.
El condenado era un viejo conocido de la policía y eso hizo que, aunque se cubriera con una capucha, los investigadores lo reconocieran en las imágenes de las cámaras de seguridad. En algún momento se le veía parte del rostro, y también lo identificaron por su manera de caminar y de moverse, y por su estructura corporal.
Cuatro condenas anteriores
Entre 2013 y 2021, el individuo ya había sido condenado por un robo con violencia e intimidación, y por tres robos con fuerza, a penas de entre un año y medio y dos años de prisión. Por el robo en la farmacia el hombre ingresó en prisión provisional el 16 de febrero, dos días después de ser detenido por los Mossos d’Esquadra.
La Fiscalía pedía 5 años y 8 meses de prisión para el hombre con la agravante de disfraz y también el de multirreincidencia, que finalmente no se ha aplicado. Durante el juicio, él lo negó todo y justificó que podría haber dejado la huella en el adoquinado al pasear por la zona y que las llaves podrían ser de alguien otro que conviviera con él y con la hermana.