El sector pesquero de Cataluña se mantiene de guerra contra la nueva normativa europea que quiere limitar los días de trabajo de los pescadores en el Mediterráneo a un máximo de 27 días anuales para la modalidad de arrastre, la más utilizada en Cataluña, una limitación que, según los afectados, condena a muerte al sector y lo hace inviable.
Este martes, por segunda jornada consecutiva, se han sucedido acciones en diferentes puertos de toda la costa catalana en rechazo de la normativa, exigiendo al Gobierno de la Generalitat y al Gobierno español que luchen contra la normativa en la Comisión Europea.
En Blanes, decenas de vecinos han salido este martes al paseo de Mar a apoyar a los pescadores, en el segundo día de paro del sector para protestar contra la voluntad de reducir un 80% los días de pesca de arrastre como propone la Comisión Europea (CE). Los pescadores han salido con las barcas en la bahía de Blanes a hacer sonar sus bocinas, mientras en el paseo los vecinos aplaudían y hacían sonar silbatos.
La Rosa Elías explica que siempre compra pescado de proximidad y lamenta que a partir de ahora “tendremos que comer pescado que no sabes de dónde viene ni cómo lo han pescado”. Desde la Cofradía de Pescadores de Blanes advierten de que, si se aprueba lo que propone la CE, supondrá “la muerte” de un sector que actualmente cuenta con trece barcas en Blanes.
“No puede haber negociación. Ya hemos hecho todo lo que podemos hacer”. Son palabras de la portavoz de la Cofradía de Pescadores de Blanes, Iris Triola, que ha agradecido la presencia de las decenas de vecinos que se han acercado al paseo de Mar de la capital de la Selva Marítima a apoyar al sector, en la segunda jornada de paro por las restricciones de pesca que propone la Comisión Europea. Unos asistentes que han hecho sonar sus silbidos para hacer ruido y añadirse al de las bocinas de la quincena de barcas que durante una media hora han estado protestando en la bahía de Blanes.
Al final, los pescadores han encendido bengalas y se ha leído un manifiesto donde se ha dejado claro que, aunque la propuesta de la CE afecta especialmente a las trece barcas de arrastre que hay en Blanes actualmente, la restricción supondría el fin del resto de profesionales. “Desaparecería todo el sector de la pesca no sólo las barcas de arrastre. Todas las artes estamos implicadas”, ha señalado Triola.
La portavoz de la Cofradía de Pescadores de Blanes ha dejado claro que seguirán luchando y que no se conformarán con una reducción menor de lo que propone la CE. “Llevamos muchos años haciendo el trabajo para que este pescado sea sostenible, eso es lo que tienen que ver”, argumenta.
Vecinos preocupados
Los vecinos que se han acercado a apoyar al sector han reclamado que “se deje trabajar en paz” a los pescadores y han cargado contra las políticas que “matan” al sector. “Por qué no pueden salir a pescar ahora, como han hecho toda la vida”, se pregunta la Rosa Elías, que se dedica al campesinado y que ahora cree que hay que apoyar a un sector que, recuerda, se le declaró esencial durante la pandemia.
Elías también se muestra “preocupada” porque habitualmente compra en la pescadería de su barrio de Blanes y consume producto que sabe que “está pescado el mismo día”. “Ahora en cambio, tendremos que comer pescado que no sabemos de dónde viene ni cómo lo han pescado”, lamenta.
Como ella, la Carme Vendrell pide que se tire atrás esta “tontería” de la Comisión Europea y se deje “trabajar en paz” a los pescadores. “Hace mucha rabia y se ve que quieren que la gente no trabaje”, señala.
“Matar una tradición”
Quien también ha salido a reivindicar el trabajo de los pescadores de Blanes ha sido el alcalde del municipio, Jordi Hernández, que ha lamentado la situación que vive el sector y considera que, en caso de salir adelante, supondría “matar una tradición”.
“Me sabe grave como vecino y como alcalde. No podemos pensar en eso, porque ya no es un problema económico, es matar una tradición. La costa catalana no se entendería sin los puertos pesqueros”, ha resaltado.