miércoles, 7 de mayo de 2025
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La presión ciudadana hace retroceder a Salellas y el alumnado seguirá en el edificio Cartañà

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Convertir el instituto Ermessenda de Girona en una sola sede en Can Prunell a partir del próximo curso era la propuesta en la que trabajaba el equipo de gobierno de la ciudad (Guanyem, Junts y Esquerra Republicana). En este sentido, Queralt Vila, Concejala de Educación, se mostraba convencida de que “tener una sola sede facilitaría la actividad lectiva y la cohesión entre el alumnado”. Además, añadía que la situación es “anómala” y que los servicios jurídicos municipales “han recalcado” que no pueden renovar el contrato de alquiler porque el consistorio “no tiene competencias en materia de edificios de secundaria”.

Según el Ayuntamiento, ladecisión se había tomado después de que no se pudiera seguir afrontando el alquiler de una de las dos sedes de este instituto, situada en el edificio Casal Bisbe Cartañà, propiedad del Obispado de Girona. Por lo tanto, a partir del próximo curso, todo el alumnado del instituto pasaría a la sede de Can Prunell con módulos prefabricados.

A raíz de este anuncio, familias y alumnos de la Ermessenda iniciaron una campaña reivindicativa para defender la apertura de las dos sedes. Los manifestantes cortaron la avenida de Lluís Pericot y llevaron la protesta hasta los plenos el Ayuntamiento de Girona. “Personalmente prefiero estar en un edificio que está hecho de piedra y no nos unos contenedores“, expresaba un estudiante.

En el pleno del mes de febrero, las familias se han vuelto a manifestar para mostrar su malestar, leyendo un manifiesto para mantener la sede del Cartañà hasta que no se construya el nuevo instituto en la carretera de Barcelona.

El equipo de gobierno pasa la pelota a la Generalitat de Cataluña

Durante el pleno del mes de enero, la concejala de Educación dejaba claro que la potestad para decidir que pasa mientras no llegue el edificio definitivo a la Simon recae en el Departamento de Educación, y que por tanto, es la Generalitat quien debe decidir si quiere mantener el alquiler del Cartaña.

El Departamento respondió a las declaraciones de Vila expresando que la competencia de Educación es “invertir en patrimonio con construcciones definitivas o temporales”, en referencia a la posibilidad de poner módulos prefabricados mientras no se construye un edificio de forma definitiva. Por eso afirman desde la consejería de educación, que la competencia del alquiler recae sobre el Ayuntamiento de Girona porque es “quien tiene la responsabilidad de ceder los terrenos” a Educación a la hora de hacer un centro escolar.

El Obispado de Girona atónito por la situación

Ante el baile de competencias y las picardías entre la Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Girona, el Obispado se mostraba atónito con la noticia de que el consistorio no renovaría el contrato de alquiler del edificio. Desde la Diócesis expresaron su voluntad para poder encontrar una solución a esta problemática y pedía al Gobierno y a la Generalitat que desencallaran la situación.

A la espera del nuevo edificio

La construcción del edificio que debe acoger el instituto lleva 10 años de retraso. En estos momentos, la Generalitat todavía está a la espera de la cesión de los terrenos, un trámite que debe hacer el Ayuntamiento de Girona y que es necesario para poder poner en marcha las obras.

La presión ciudadana hace retroceder al equipo de gobierno

Las presiones ciudadanas han hecho retroceder al equipo de gobierno y a la Generalitat que han visto como la comunidad educativa y las familias se oponían totalmente.

Las reacciones políticas tampoco se han hecho esperar, en un comunicado, el PSC de Girona celebra el cambio de opinión inicial del alcalde Salellas. Los socialistas felicitan a la comunidad educativa por su consecución, ya que sin su reivindicación y movilizaciones, no hubiera sido posible restablecer el orden, termina el comunicado.

Un encuentro entre ambas administraciones ha permitido desencallar la situación ‘provisionalmente’ tras recibir un supuesto informe elaborado por los servicios jurídicos del consistorio donde se detalla que si no se puede hacer efectiva la cesión de los terrenos o no hay capacidad logística para situar la sede del instituto en estos espacios, se abre la posibilidad de otras alternativas, como podría ser la del alquiler. Por lo tanto, el edificio Cartañà continuará siendo una sede del Instituto Ermessenda en el curso 2024-2025.

Lo que es una incógnita es lo que pasará el curso 2025-2026. Sin embargo, la Generalitat y el Ayuntamiento se han comprometido a seguir trabajando juntos para encontrar la fórmula que permita mantener la continuidad del proyecto del instituto Ermessenda en el espacio de Bisbe Cartañà hasta el traslado a la sede definitiva del instituto a la antigua fábrica Simon.

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