Jordi Hernández se convirtió en junio pasado en el nuevo alcalde de Blanes, gracias a un pacto a cuatro entre su partido -el PSC- con Junts, Grup Blanes y Blanes Sí. El edil valora positivamente el funcionamiento de este nuevo gobierno y nos explica cuáles son las prioridades que tienen de cara a este mandato.
Ha formado un gobierno integrado por cuatro formaciones diferentes. ¿Cómo está siendo el equilibrio?
Es más fácil de lo que parece. Nos reunimos mucho. Cuando hicimos las negociaciones ya vimos que había buen entendimiento, sobre todo con el socio mayoritario que es Junts, pero también con los otros dos. El pacto funciona y estamos contentos.
¿Estas reuniones constantes son la clave para que el engranaje funcione?
Es un poco de todo. Es un esfuerzo de comunicación, de empatizar con el resto de compañeros y de dejar de lado las ideas políticas para hacer un proyecto común.
Para aprobar las ordenanzas fiscales también ampliaron el acuerdo con la abstención de los comunes.
El concejal de Hacienda negoció las ordenanzas, se comunicó con ellos en todo momento y se aceptaron sus enmiendas. El Ayuntamiento debe funcionar con el diálogo constante con la oposición, sobre todo con temas cruciales como las ordenanzas y el presupuesto.
¿Cómo tienen el presupuesto?
Lo tenemos casi listo. Ha sido duro porque tenemos una falta de personal importante y se tenía que subir el capítulo 1, que es el de la masa salarial. Ha costado encontrar los ingresos extras, pero al final parece que podremos incorporar todo lo que la relación de trabajo nos marca. Será un esfuerzo importante, pero hablamos de 26 plazas a suplir.
¿Cuáles son los puntos clave del resto de capítulos y el apartado en inversión?
Destacaría sobre todo la avenida Madrid, el tema del asfaltado y las tres licitaciones clave que tenemos: el transporte urbano, la jardinería y zonas azules. En el ámbito de inversiones también llevamos la pista de Mas Florit y la jefatura de policía (contemplada en el presupuesto anterior).
¿Qué debe suponer la nueva comisaría?
De entrada es dignificar el cuerpo de la policía y el ciudadano. El cambio es espectacular. Hace poco hicimos una sesión en el pleno donde mostramos al equipo cómo iba a ser, cómo quedaba y lo bien integrado que está. Apostamos por una policía de proximidad y el lugar debe ser digno. Está presupuestada en unos 100 millones de euros y el cambio cualitativo es bestial.
¿Qué calendario tiene?
Hay que empezar a principios de verano y, si todo va bien, tiene que tardar 14 meses. Es decir, a finales de 2025 podríamos estar inaugurando la comisaría.
Este mandato ha estrenado un plan para la dignificación del espacio público, el plan Activa’t. ¿Está funcionando como esperaban?
Está funcionamiento bien, los inputs que nos llegan son buenos. La gente está contenta porque no es solo un plan de limpieza, sino integral. Contempla la mejora de mobiliario urbano y va acompañado de campañas con los agentes ambientales. Por otro lado, tenemos que agradecer la colaboración de los vecinos porque a veces supone molestias, pero el trabajo se puede hacer con normalidad. Ahora ya estamos por el tercer barrio, en Los Pinos, y todavía queda mucho por hacer. Vamos sobre lo previsto y mayo debería terminar.
Otra iniciativa nueva del mandato son los concejales de barrio. ¿Cómo está siendo su tarea?
Está pensado como una figura rápida para solucionar problemas. La burocracia a veces es halagüeña y este contacto directo facilita mucho el trabajo del Ayuntamiento. Siempre puse el ejemplo de un barrio que tenía falta de contenedores, hicieron una llamada al concejal y al día siguiente estaba resuelto. A veces, por la vía de la instancia es más difícil y eso es un contacto directo que lo agiliza todo.
¡Este mandato estrenó el BUF! ¿Ha llegado para quedarse?
¡Y tanto! La idea es que llegue para quedarse. Una de las maneras de promocionar la ciudad y desestacionalizar la temporada turística es con este tipo de actividades. Fue todo un éxito, vino mucha gente y el tiempo nos acompañó. De hecho, ya estamos preparando la siguiente edición, que por fechas será similar. Además, para mayo estamos preparando un Festival de Cine Internacional, que de a poco tendréis noticias.
¿Nos puede adelantar algo más del Festival de Cine Internacional?
De momento, sólo que será para mayo (ríe).
Aprobaron la cesión de 3 parcelas de titularidad municipal del barrio de Valldolig. ¿Cuándo podremos ver estas promociones hechas realidad?
Ha costado, porque los trámites no han sido fáciles. Les hará una fundación y entendemos que antes de que acabe el mandato estarán construidos. La vivienda es un tema que nos preocupa. Por suerte, no tenemos la tensión de las viviendas de uso turístico. Además, estamos trabajando con INCASÒL para hacer vivienda de protección social. Es un deber pendiente que tenemos todas las administraciones.
El Pleno ha aprobado inicialmente el PMUS (Plan de Movilidad Urbana Sostenible). ¿Qué debe incluir?
Todo. Desde pensar en parkings disuasorios para dejar los centros más pacificados hasta cómo debe funcionar el bus urbano o qué líneas son las más adecuadas. Ahora está abierto a modificaciones, es un plan movible. Tenemos de margen hasta 2025 para la descarbonización de los centros. Por otro lado, también están los carriles bici que deberíamos tener y si se deben potenciar los aparcamientos por bicicletas. Sin embargo, en particular, el bus urbano es uno de los temas que nos preocupa más.
¿Este PMUS debe suponer un gran cambio en las vidas de la gente de Blanes o están al día?
Los cambios son de una manera sostenida en el tiempo. Cada vez debemos acostumbrarnos más a que el centro es para los peatones y se debe ceder espacio a los vehículos de movilidad personal. En cualquier caso, debe hacerse de manera gradual, no todo de golpe. Recuerdo que cuando se hablaba de cerrar la calle Ancha los fines de semana fue una especia de drama y ahora todo el mundo lo concibe como algo normal e incluso positivo para el comercio y la restauración.
¿Qué cuestiones debe corregir la nueva licitación del bus urbano?
Las frecuencias de las líneas y sobre todo los autobuses. Tenemos una flota muy vieja, incluso este año hemos tenido que alquilar un bus nuevo. Tenemos que ofrecer un servicio digno. Al mismo tiempo, deberá jugar también con las frecuencias de los buses interurbanos.
La nueva licitación de los buses interurbanos también sucederá este mandato, pero en este caso es la Generalitat quien debe encargarse.
Se tienen que licitar por parte de la Generalitat, pero nosotros haremos las demandas que sean necesarias para el buen funcionamiento de las líneas. De hecho, aquí está previsto hacer la conectividad entre Blanes y Lloret, que facilitará la movilidad entre los pueblos durante el verano.
¿Qué espera de la Generalitat y el Estado de cara a este 2024?
Por parte del Estado, esperamos que nos haga caso en el tema de costas, con un espigón que se debe arreglar y la movilidad de arena. Toca que haga una inversión en Blanes. A nivel de la Generalitat, les pediría el tema de la desalinizadora, que es importante, pero que al mismo tiempo se hagan bien las compensaciones con el campesinado afectado.