domingo, 25 de mayo de 2025
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La temporada de setas empieza a medio gas en Andorra

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Un conjunt de bolets en un cistell.

El inicio de la temporada de setas no ha sido tan positivo como se esperaba. Las expectativas en el Principado eran altas porque había previsión de lluvias a lo largo de este otoño, pero las bajas temperaturas registradas en septiembre han provocado una menor proliferación, especialmente en alta montaña.

“No ha ido tan bien como se esperaba”, explica el micólogo del Andorra Recerca + Innovación (AR+I), Manel Niell. Las expectativas eran buenas porque la previsión marcaba un mes de septiembre con lluvias y las hubo, pero unas fuertes ráfagas y la disminución de las temperaturas durante el último mes han “estrujado la producción”, comenta Niell.

Las condiciones óptimas para que surjan estos hongos en los bosques dependen de las lluvias, la humedad, las ráfagas y las temperaturas. Las ráfagas secan el terreno y eso hace que desaparezca la humedad, mientras que los umbrales de temperatura ideal están entre los 5 y los 20 grados centígrados, en líneas generales.

A mediados de septiembre, se produjo la primera enfarinada de la temporada en las cumbres de las montañas. De hecho, el Servicio Meteorológico explicaba el 13 de septiembre que se habían registrado temperaturas frías en alta montaña y un viento intenso en altura de hasta 80 km/h en la Tossa d’Espiolets. En cuanto a temperaturas, en Les Fonts d’Arinsal, por ejemplo, se llegó a una temperatura mínima de -8,1 grados, unos valores que no eran tan fríos desde el 2 de mayo, relataban desde el Servicio en aquel momento.

“Si las temperaturas están por debajo de los 5 grados o hay heladas, esto provoca que se estropa la producción, el hongo entra en una fase de inactivación”, detalla el especialista, que agrega que la temporada por encima de los 1.800 metros “se acabó hace unas semanas”.

Aunque no se han dado las mejores condiciones meteorológicas, los boleteros han podido llenar más sus cestos que en los últimos años, ya que se venía de una época de poca proliferación por la situación de sequía. Por ello, Niell menciona que el inicio está siendo “una temporada correcta” y “aceptable”, pero “no excelente”, teniendo en cuenta que se encaraba con buenas expectativas.

“No es una temporada excelente, supongo que llevamos una época de tanta sequía que está bien que puedas coger unos cuantos, pero no hay una superproducción“, menciona Niell en relación con algunos comentarios que ha sentido de gente. Entre las especies más encontradas de este año, el trabajador de la I+I destaca los roperos y los rojizos, estos últimos los recogió, sobre todo, hacia principios de septiembre.

No se descarta que la situación se pueda mejorar por debajo de los 1.800 metros si las precipitaciones continúan cayendo hasta que llegue el frío, hacia noviembre, y las temperaturas son las adecuadas para que se formen.

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