La población de Sant Julià de Lòria quiere una parroquia más segura, iluminada, más verde y limpia, y más humanizada. Estos son algunos de los atributos que surgen del proceso participativo que impulsó la comuna laurediana para repensar el ordenamiento y el embellecimiento urbanístico de San Julián de Lòria. Ahora todo ello queda recogido en el libro blanco de la parroquia, con lo que las próximas intervenciones urbanísticas deberán seguir estas características.
La primera de las obras que se llevarán a cabo para embellecer el núcleo urbano será en la plaza Calonge. Las obras tendrán un coste de unos 400.000 euros y están previstas que comiencen en el mes de julio. La reforma del espacio generará un ambiente más amable y funcional, donde se priorizará al peatón, se eliminarán las barreras arquitectónicas y se colocarán zonas verdes para fomentar la convivencia.
“Tiene que ser una parroquia cohesionada a través del urbanismo, se tiene que hacer un entorno urbano más sostenible, una parroquia iluminada y segura, más verde y mejor conectada en el sentido amplio de conexión por las personas peatones y por el vehículo”, ha mencionado el cónsul mayor de Sant Julià de Lòria, Cerni Cairat, sobre cómo los ciudadanos quieren que sea su parroquia.
El proceso participativo también deja patente que la población quiere una humanización del núcleo urbano. “Que tenga más prioridad el peatón y que progresivamente se pueda reducir la prioridad que tiene actualmente el vehículo, sobre todo pensando en los ejes principales, el vehículo ocupa mucha superficie de la vía pública y la gente reclama que pueda seguir circulando, pero que no tenga tanta prioridad”, ha comentado el cónsul. También quieren mejoras en la limpieza y en el servicio de basura. Precisamente, la comuna ya está trabajando en esta cuestión a través de un plan de choque que pronto la administración presentará.
El entorno urbano piden que sea más verde y dinámico. Todo esto son las conclusiones del proceso participativo que ejecutó la comuna durante esta primavera con una cuarentena de personas de manera directa, aunque también se ha recogido la opinión indirectamente a través de comerciantes, sector servicios y otros colectivos mediante entrevistas . Los requerimientos quedarán recogidos en el libro blanco, por lo tanto, los futuros cónsules deberán seguir estas instrucciones cuando se hagan intervenciones urbanísticas en toda la parroquia.
La plaza Calonge será el primer espacio donde esto se verá reflejado, ya que la corporación comenzará el proceso de embellecimiento por este lugar. La reforma servirá para sacar algunas barreras arquitectónicas, habrá una redistribución más ordenada de los bancos, se sacarán la basura soterrada y se colocarán espacios más verdes e iluminados.
Al mismo tiempo se colocará un pavimento que se alargará hasta la calzada por donde circulan los vehículos porque “se quiere que el vehículo entienda que la prioridad es para el peatón”, ha expuesto la cónsul menor, Sofía Cortesao. Desde la corporación defienden que los vehículos podrán circular, pero dejan claro que hay que cambiar la prioridad del centro. “Es un cambio de mentalidad para que todos tengamos claro que el casco urbano la prioridad es que hagan vida las personas de a pie”, ha precisado Cortesao.
Para poder aplicar esta nueva filosofía, desde la comuna explican que están trabajando para adquirir más aparcamientos. “No podemos pretender que la gente se mueva a pie si no les dejamos un espacio donde dejar su vehículo”, ha explicado Cortesao. En estos momentos se está hablando con propietarios de parcelas donde se podría ubicar algún aparcamiento más.
Algunos elementos actuales de la plaza los sacarán y la voluntad es colocarlos en otras zonas de la localidad, como sería el caso de las ruedas del molino de la fuente o la estatua de la colla gigantesca. El objetivo es hacer un “espacio más limpio, ordenado y permitirá una vida social que actualmente ya se desarrolla por necesidad, pero que realmente sea un espacio que te quieras quedar”, ha detallado la cónsul menor. Las obras se ejecutarán a lo largo del verano y la previsión es finalizarla hacia el inicio del curso escolar.
Tras estos trabajos, la voluntad es seguir embelleciendo otras ubicaciones del núcleo, como la plaza Germandat o la plaza Laurèdia. “De manera progresiva iremos encomendando los proyectos de mejora, teniendo en cuenta que en este mandato ya hacemos frente a la reforma del Centro Cultural, a la compra de Catsa o los pisos para las personas mayores”, ha comentado Cairat, que ha agregado: “Irá en función de la capacidad presupuestaria”.