FEDA ha completado la renovación del grupo hidroeléctrico G2, una de las actuaciones más destacadas de su historia reciente. Es trata de una intervención que ha permitido ampliar la vida útil de la infraestructura durante veinte años más e incrementar su potencia. Así lo ha explicado este martes el director de Operaciones y Nuevas Infraestructuras de FEDA, Jordi Travé, desde la propia central hidroeléctrica de Encamp. “Este tipo de mantenimiento se planifica con un año de antelación y dura aproximadamente seis meses. En este caso, ha culminado entre diciembre y enero con los últimos ajustes” ha destacado, Travé. “Los resultados han sido un éxito, ya que se ha conseguido aumentar la potencia en 1.000 kilowatts (kW), el equivalente a la potencia instalada en el parque fotovoltaico de Grau Roig” ha indicado, el director de Operaciones y Nuevas Infraestructuras, mientras añadía que el coste de la actuación ha sido de aproximadamente un millón de euros.
Travé ha indicado que este grupo hidroeléctrico, que se puso en marcha en 1934, es uno de los tres que tiene FEDA operativos y que, en conjunto, generan entre un 15% y un 20% de la electricidad consumida en el país. “Este mantenimiento consiste en un desmontaje integral del equipo, la renovación de muchas piezas y la sustitución de aquellas que sea necesario. El grupo hidroeléctrico se extiende a una profundidad de entre siete y ocho metros, y el mantenimiento es especialmente complejo, ya que muchas piezas son hechas a medida y pueden llegar a pesar más de treinta toneladas, como es el caso del rotor” ha señalado, Travé, quien también ha destacado que este trabajo ha sido llevado a cabo por el equipo especializado de taller y mantenimiento de FEDA, con la colaboración del grupo Electricité de France (EDF).
Finalmente, el director de Operaciones y Nuevas Infraestructuras de FEDA ha asegurado que el mantenimiento del grupo no ha afectado significativamente a la producción eléctrica, ya que la intervención se planificó tras el deshielo de la nieve.. “Se realizó en mayo, cuando ya se ha aprovechado al máximo el agua disponible y antes del invierno, cuando el consumo eléctrico es más elevado. Esto minimiza el impacto sobre la producción eléctrica” ha concretado, Travé.