Durante los trabajos de investigación, inventario y difusión de los grabados rupestres de Andorra, que se desarrollan en el marco de la colaboración entre los ministerios encargados de la educación y de la cultura, se ha localizado un conjunto de gran relevancia, denominado Roca Encantada, en el término de la Aldosa de Canillo.
Este hallazgo ha sido posible gracias al trabajo de investigación histórica y la memoria oral. Todo comenzó cuando el técnico del Archivo Nacional, Climent Miró, localizó un documento del siglo XIX donde se hace referencia a la Roca Encantada y la sitúa haciendo de hito linde de unos terrenos particulares de una casa solarial con el terreno comunal de L’Aldosa de Canillo.
Posteriormente, el especialista en grabados, Jordi Casamajor, en el marco de los trabajos de investigación e inventario del Departamento de Patrimonio Cultural, se puso en contacto con varios testigos de la Aldosa que le explican una leyenda que hasta ahora no había sido documentada, ‘la leyenda de la Roca Encantada’, y que recuerdan el roce donde está situada.
Finalmente, Casamajor ha localizado la Roca Encantada, donde ha encontrado un grabado rupestre, una cruz de término antigua. La roca y el grabado ya han sido documentados y forman parte del inventario de grabados rupestres de Patrimonio Cultural.
La leyenda de la Roca Encantada
Un pastor pastaba el rebaño en el solano de la Aldosa cuando se topó con una gran roca de la que salía una veta o cinta de ropa. Él la empezó a estirar y estirar y la veta parecía interminable. Finalmente, cuando la veta se acabó, oyó una voz que salía de la roca que le dijo: “Yo soy la Roca Encantada. Ahora me has desencantado. ¿Quién me volverá a encantar?”.