El año que viene la comuna de Andorra la Vella contará con toda la red de agua potable digitalizada y sectorizada. Así, los trabajos para completar la fase dos de las intervenciones que ya comenzaron en el pasado mandato se completarán en 2025 y entonces se “rozará la excelencia” en cuanto a la eficiencia de la red, ya que las pérdidas pasarán del 40% al 15-20%, una cifra que aunque puede parecer elevada el conseller de Servicios Públicos, y de Medio Ambiente y Patrimonio Natural, Jordi Cabanes, destaca que supone un indicador de “máxima eficiencia”.
De hecho, reivindica que lo que ha impulsado la comuna de Andorra la Vella con la digitalización de la red es “un proyecto para lucirse” y puede ser un ejemplo del camino que “hay que seguir para optimizar” el uso de un recurso “precioso” que cada vez será más escaso.
Después de que en el mandato anterior, concretamente durante 2023, se diera el pistoletazo de salida a estos trabajos, que supusieron una inversión de 500.000 euros y la actuación en diferentes sectores, ahora se encara la segunda, con intervenciones en ocho puntos. Ahora los trabajos se centrarán más en la parte central de la parroquia y se prolongarán durante diez meses.
La inversión que hará la comuna será de 479.140 euros y está previsto que no supongan muchas afectaciones en la movilidad, ya que “se busca con la empresa la arqueta que tenga menos afectación”. Justamente, ahora la adjudicataria que llevará a cabo las obras está buscando “la arqueta que tenga menos afectación para la ciudadanía“. Las zonas en las que se actuará serán básicamente la Comella, Prada Ramon, la zona junto a Meritxell y también la de Sant Ribagorçana. De hecho, las dos fases en las que se dividieron los trabajos preveían una zona sur que iba del estadio comunal o la rotonda de campo Bastida y hacia abajo y la segunda que va hacia arriba.
Cabanes subraya que con esta digitalización de la red lo que se consigue es que ésta sea más eficiente porque se permite regular presiones, ya que no se necesita la misma en toda la parroquia, lo que permitirá también “menos pérdidas de carga y que la red esté menos estresada” y, por tanto, se consigue una “mejora en eficiencia operativa”. Y es que hasta ahora si se detectaba una fuga, se tenía que cortar grandes zonas y ahora se acotará mucho más.
Además, se podrá intervenir con más celeridad, por el hecho de que con la digitalización se podrá detectar en seguida que hay una fuga y, por tanto, se podrá dar “una respuesta mucho más rápida” y, en definitiva, también se consigue un impacto en el ahorro económico, porque toda el agua que ahora se pierde se podrá ahorrar y evidentemente eso tendrá efectos positivos para la sostenibilidad medioambiental.
“Lo que conseguiremos con esta sectorización es mejorar cada litro de agua que sale de nuestras captaciones, que llegue al 80% o al porcentaje más elevado posible en nuestras redes”, manifiesta Cabanes que reivindica que hay “otras parroquias que se han interesado por este modelo” y que también puede servir como ejemplo fuera de Andorra.
Y es que Cabanes recuerda que inversiones en la red son importantes para mejorar su eficiencia, ya que hay que pensar que aunque este ha sido un año en el que la sequía no ha sido tan importante venimos de dos veranos complicados y parece que la tendencia será cada vez que haya menos precipitaciones y, por lo tanto, más dificultades.