El alcalde de Vic, Albert Castells, presentó estos datos en rueda de prensa después de que se conociera que el censo oficial de Vic, a 1 de enero de 2024, es de 49.530 habitantes. Esta cifra, por tanto, hace referencia a 2023 y todavía no tiene en cuenta el crecimiento de este 2024, pero todo apunta a que, durante el próximo año 2025, Vic rebasará por primera vez en la historia los 50.000 habitantes. Esto hace que se convierta en la 24ª ciudad de más de 50.000 habitantes de Cataluña, del total de 947 municipios, y que “se enfrente a un reto demográfico enorme, por cantidad de población, por diversidad y por envejecimiento de población”, en palabras de Castells.
Los motivos que llevan a afirmar que se superará esta cifra tienen que ver con los incrementos en número de tarjetas sanitarias en los centros sanitarios (1.000 altas durante este 2024) o las matrículas vivas (418 alumnos nuevos durante el curso 2023-2024). Albert Castells también añadió el factor del crecimiento natural de la población, es decir, la fluctuación entre los nacimientos y las defunciones en la ciudad, que actualmente se sitúa entre las 100 y 300 personas y, por lo tanto, la tendencia es positiva.
La llegada de personas de fuera de la ciudad ha contribuido enormemente a este crecimiento y tiene una incidencia directa en los nacimientos: desde el año 2018, más del 50 % de los recién nacidos en Vic son de madre con nacionalidad extranjera, mientras que, en Cataluña, la media se sitúa en torno al 33 %. En cuanto a las principales nacionalidades extranjeras, son la marroquí, la ghanesa y la india, que conjuntamente suponen la mitad de población extranjera en la ciudad. Vic es, actualmente, el 19º municipio con mayor tasa de extranjería en Cataluña (de un total de 947 municipios) y ocupa la 177ª posición en cuanto al número de población extranjera en el ámbito español (de un total de 8.131 municipios).
El alcalde de Vic explicó también una realidad evidente en este crecimiento poblacional y que está extendida por todo el país y de Europa: el envejecimiento de la población y, en consecuencia, la necesidad de ampliar la asistencia en este sector. Actualmente, el índice de envejecimiento es del 95,9 y el de sobreenvejecimiento es de 17,75. En Vic, la población de más de 85 años se ha casi doblado en los últimos veinte años, pasando de 721 personas (2003) a 1.357 (2023).
Un sistema tensionado y cerca del colapso
Albert Castells calificó a Vic como “una ciudad de oportunidades […] que ha crecido siempre, desde su momento fundacional, ya que está asociada al progreso económico y social”. Añadió que la vida en la ciudad vigués se distingue por “su calidad de vida y nivel de bienestar” y que, junto con la comarca de Arona, “son uno de los motores económicos del país”, pero “hay que seguir creciendo de forma moderada”. Por otro lado, el alcalde apuntó que no sólo la llegada de personas extranjeras contribuye al crecimiento poblacional, sino que “la saturación en el área metropolitana de Barcelona corre el riesgo de ir a remolque e impactar en la comarca de Osona”. Castells quiso transmitir un mensaje “de esperanza y confort porque somos un gobierno preparado, pero nos hace falta la corresponsabilidad de todos”.
Por todo ello, el alcalde de Vic pidió “la complicidad de todas las administraciones, del sector económico, de los medios de comunicación y de toda la ciudadanía”. Reclamó al Gobierno de la Generalitat de Cataluña y del Estado español “que ejerza su responsabilidad en materia de inmigración y que aplique medidas de control y redistribución adecuadas” explicando que “no podemos seguir creciendo de forma exponencial porque la ciudad de Vic ya está muy tensionada y los servicios, al límite”. En este sentido, el alcalde hizo referencia a la necesidad de “disponer de los recursos económicos que nos correspondan por el nivel de impuestos que pagamos y las competencias necesarias para gestionar esta realidad”.
La concejala de Bienestar y familia, Núria Homs, explicó el trabajo que se está llevando a cabo desde el Ayuntamiento de Vic en cuanto a materias sociales y asistenciales: “ya hace tiempo que estamos replanteando las políticas de atención a las personas para adaptarnos a las nuevas realidades […] con menos trabajo en los despachos y más trabajo en los barrios”. En este sentido, el consistorio dispone de más de 80 empleados que trabajan directamente con las personas, quienes han adaptado el horario para trabajar también por las tardes: “hemos ajustado los horarios del Ayuntamiento para adaptarnos a la realidad de las personas”, en palabras de la concejala Homs.
También se han incorporado nuevas figuras que permitirán avanzar en materia de vivienda, como la inspectora de vivienda que, entre otras cosas, proporcionará una radiografía del parque de vivienda de Vic con el fin de facilitar su acceso. En este sentido, Núria Homs explicó que “hemos dado por buenas demasiadas cosas, como las prácticas de ocupación de viviendas de propiedad de bancos privados”, pero “hay muchas irregularidades que tenemos que abordar y cortar de sobra”. Homs añadió que “en los últimos años nos hemos centrado en la preservación de los derechos, que es un hecho incuestionable, pero nos hemos olvidado del cumplimiento de los deberes, y debemos exigirlos si queremos que este sistema prospere”. En esta línea, la concejala de Bienestar habló también de la necesidad de regular el sector de atención a las personas mayores y “potenciar la contratación laboral de origen”.