Aunque se celebra este viernes, ya hace días que muchos comercios tienen carteles anunciando descuentos del Black Friday en los escaparates. Muchos pequeños comercios de Vic y Manresa lo han hecho a contracorriente y criticando a un modelo que aseguran que les va en contra. “No me gusta nada y no me parece bien, pero como mucha gente nos lo pide hacemos descuentos en algún producto puntual“, asegura Maria Dolors Sixto, propietaria de Puigbertran Regals de Manresa. A pocos metros de su comercio se encuentra Perfumes Regina, que este año no ha participado: “Es engañarnos a nosotros mismos”. En Vic, la entidad Vic Comerç calcula que, de los 300 socios que tienen, un centenar hará algún tipo de descuento, y creen que muchos se ven “arrastrados”.
Un pequeño cartel pegado al embalaje de un robot de cocina que se encuentra en el escaparate de la tienda Puigbertran Regals indica al cliente que encontrará un descuento del Black Friday. De hecho, su propietaria, María Dolores Sixto, ha rebajado solo dos productos de toda la tienda, un gesto “simbólico” para que no le digan que no ha participado en la campaña. “Sinceramente a mí no me gusta nada y, como pequeño tendero, eso no se puede sostener“, lamenta en declaraciones a la ACN. Sin embargo, asegura que los clientes le piden y, por ello, ha hecho estos descuentos “puntuales”.
Su comercio tiene 140 años de historia y está ubicado en pleno casco antiguo de Manresa. María Dolores es la cuarta generación de la familia que regenta la tienda y será la última, ya que cuando se jubile nadie la sucederá. Esto, asegura, está pasando en muchos pequeños comercios del casco antiguo de la capital del Bages. Considera que campañas como la del Black Friday contribuyen a “hundir” el pequeño comercio, que ya está muy tocado. “Estamos en un periodo de extinción“, lamenta esta tendera.
De la misma opinión es Rosa Puigdellívol, que lleva cuarenta años al frente de la tienda Perfums Regina, también en el centro de Manresa. Explica que en alguna ocasión ha participado en el Black Friday, pero este año no ha querido hacerlo porque asegura que tiene los márgenes muy ajustados. “A lo largo de todo el año ya pongo el precio lo máximo ajustado posible y, por lo tanto, ahora no puedo hacer ningún otro descuento“, asegura. Cree que campañas comerciales como estas van en contra del pequeño comercio y lamenta que “de aquí a cuatro días ya no quedará ninguna porque entre todos nos lo estamos cargando”.
Desde la Unió de Botiguers i Comerciants de Manresa (UBIC) creen que el Black Friday es una “oportunidad” para muchos comercios, pero son conscientes de que el pequeño comercio “juega con desventaja”. Así lo explica el gerente de la entidad, Ausiàs Font, que dice que el pequeño comercio “no puede jugar a la carrera de los precios como lo hacen los grandes por tema de volumen y, por ello, los descuentos no siempre es su mejor opción”. En este sentido, es consciente de que muchos de ellos se acaban sumando a campañas como esta porque se ven “abocados“.
En Vic los pequeños comerciantes también creen que el Black Friday es una campaña más enfocada a las multinacionales o grandes marcas. La Maite Bofarull es propietaria de una tienda de ropa de mujer y, a pesar de no estar de acuerdo, se ha visto empeñada en participar. “Necesitas hacer alguna cosita porque todo el mundo te lo reclama, pero no nos da beneficios“, lamenta. Explica que los descuentos los hace en piezas seleccionadas y no en toda la tienda: “Es imposible hacerlo con todo porque se tienen que pagar las facturas”.
De los 300 socios que tiene la entidad Vic Comerç, calculan que un centenar ofrece durante esta semana algún tipo de descuento, que suele ir entre el 20% y el 40%. La presidenta de la entidad, Núria Simon, cree que para muchos comercios -sobre todo el de ropa, calzado, complementos y ópticas- el Black Friday es “una campaña buena y fuerte” y cree que es una antesala de las compras de Navidad. Es consciente, sin embargo, de que el pequeño comercio se ve “arrastrado” a participar, también porque el cliente lo pide.
