Este sábado 22 de marzo, el Ayuntamiento de Manresa apagará el alumbrado ornamental de algunos de los edificios y monumentos más emblemáticos de la ciudad: la Basílica de la Seu, el Santuario de la Cueva, el Pont Nou, el Pont Vell y la fachada de la Casa Consistorial.
Un año más, la acción se lleva a cabo para apoyar la iniciativa que se realiza mundialmente promovido por el World Wide Fund for Nature (WWF), denominada “La Hora del Planeta”. El apagón se hará entre las 9 y las 10 de la noche.
Se trata de una acción que implica a millones de personas, ciudades, empresas y organizaciones cívicas de todo el mundo, que apagan las luces de sus edificios y monumentos el mismo día y a la misma hora, para demostrar un apoyo global a la lucha contra el cambio climático.
En Cataluña, decenas de poblaciones dejarán sus edificios y monumentos más emblemáticos a oscuras para apoyar la iniciativa. Esta acción tiene como objetivo principal concienciar a la sociedad de tomar medidas contra el cambio climático y las emisiones contaminantes, así como la necesidad de ahorrar energía y reducir la contaminación lumínica, evitando que aumente la temperatura del planeta produciendo daños irreversibles a la economía y a la salud.
La Hora del Planeta 2025 tiene lugar en un momento especialmente importante. El 2024 ha sido el año más cálido desde la revolución industrial, superando en más de 1,5 °C la temperatura media del planeta (según confirmó el Servicio de Cambio Climático Copernicus), límite marcado en el Acuerdo de París y que no debemos sobrepasar si queremos evitar impactos irreversibles.
Este año hemos sufrido una trágica gota fría en el levante español con consecuencias catastróficas, hemos experimentado una sequía persistente en algunas regiones de nuestro país y, fuera de nuestro territorio, se han producido terribles incendios forestales en Bolivia y en la ciudad de Los Ángeles, California, además de inundaciones graves en Europa.
Los impactos del cambio climático se están convirtiendo en emergencias sociales y la respuesta es insuficiente: las cumbres climáticas no consiguen avances significativos, continuamos dependiendo de los combustibles fósiles y el negacionismo climático aumenta.