El Museo del Agua y el Textil (MAT) ha acogido este jueves por la mañana la fiesta de clausura de los talleres Lego Build the Change en Manresa. La fiesta, amenizada por Pep Callau, ha reunido a casi 200 alumnos de ciclo superior de las escuelas Puigberenguer, Solivella y Bages, y pone el punto y final a este programa, que tiene por objetivo dar voz a los niños de entre 6 y 12 años para que puedan imaginar un mundo mejor, a través de soluciones creativas que inspiren a resolver algunos de los principales retos de sostenibilidad del planeta.
El programa nació en la red de bibliotecas de Aarhus (Dinamarca), y tras meses de desarrollo del proyecto, la red danesa ha compartido la iniciativa con diferentes bibliotecas de Europa. Conjuntamente con las bibliotecas de Londres, Berlín y Praga, la red de Bibliotecas de la Diputación de Barcelona ha llevado este proyecto a Cataluña, en concreto a las bibliotecas de Manresa y Cerdanyola del Vallès.
En el caso de Manresa, durante los meses de verano se realizaron 10 talleres LEGO Build the Change con los centros de verano, con cerca de 150 asistentes. Los centros participantes fueron el Casalot, el Ludugurus, los Atenens y el aula del Hospital de día infantilo-juvenil de Manresa. A los participantes se les pidió que imaginaran soluciones al problema de las abejas, que con el cambio climático no pueden polen cuando toca. Con el casal de AMPANS se les propuso otro reto: el de mejorar el entorno de Can Font, un espacio de proximidad que utilizan habitualmente y sobre el que aportaron grandes ideas de mejora.
Desde el mes de septiembre y hasta ahora se han realizado un total de 20 talleres con niños y niñas de ciclo inicial y medio de primaria de cuatro escuelas de la ciudad: La Flama, El Puigberenguer, La Guingueta y la escuela Bages. En estos casos, el reto que se les planteó fue el de pensar propuestas para una escuela sostenible y adaptada a la situación climática actual. Los quinientos niños participantes han imaginado ideas muy originales, como un espacio para hacer conciertos al aire libre, depósitos para recoger el agua de la lluvia para regar las plantas, un banco donde puedan sentar a los compañeros que van en silla de ruedas, una sala de proyecciones y espectáculos, una sala para hacer talleres de pastelería, una escalera para recuperar pelotas extraviadas y una biblioteca colorida, entre otros.