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El Corpus, la fiesta con la que los sevillanos simbólicamente empiezan a brezar el verano, ha dejado buena boca. La concejalía de Cultura y la Agrupación de Gigantes de Solsona manifiestan su satisfacción de la fiesta de este año, en una edición que a principio de semana veía peligrar algunos actos por las previsiones de lluvia. Alimentan un buen balance tanto la afluencia de público al programa del sábado y al del domingo al mediodía como la elevada participación gigantesca.
Tanto el concejal Albert Colell como el macip mayor de la Agrupación de Gigantes, Roger Davins, ponen el acento en el generoso plantel de gigantes que hizo que en el pasacalles del sábado salieran también el águila y el dragón, junto con el toro, la mulassa, los gigantes y los caballitos, como no se veía desde hacía muchos años.
Igualmente, la rueda de fuego del sábado por la noche y el concierto posterior bajo la torre de las Horas a cargo de The Velcros, una de las novedades de este año, fueron altamente concurridos. La actuación musical, de hecho, “es lo que le faltaba a la fiesta”, según Davins. “Y esperamos que quede instaurado”.
Uno de los elementos más singulares del Corpus solista es la alfombra con mensaje de pétalos y serrín que el Agrupamiento Escolta y Guía Padre Claret confecciona en la plaza de Palau. “Salvemos los campamentos en la naturaleza” ha sido el lema de esta edición, coincidiendo con la movilización de entidades del ocio que a dos meses de comenzar la temporada de campamentos se ven afectadas por las restrictivas normativas de la Generalitat. Han denunciado “el ahogo administrativo” que hace que las reservas en la mitad de los 156 terrenos de acampada del país no puedan salir adelante.
Este Corpus ha participado en la comitiva de autoridades otra mujer con vara, la jueza de Solsona, Laura Moreno-Chinchilla, que ha querido conocer de cerca la tradición. La alcaldesa, Judit Gisbert, le ha invitado al encendido de la tronada junto con Conxita Flores, en representación de la Cofradía de la Virgen del Claustro.
