El día 5 de enero fue un día especial para la Guardia Urbana, no sólo porque era uno de los días más mágicos del año sino porque era una fecha para conmemorar. En el plenario del 27 de diciembre de 1974 se aprobó el estudio y la aprobación del expediente que dio origen a la “sección femenina de la policía municipal”. Este día se dio luz verde a la incorporación de las mujeres a la Guardia Urbana de Tarragona. La primera acción donde participaron las mujeres policías fue la cabalgata de Reyes de 1975, hace ahora 50 años.
Tarragona fue una de las capitales pioneras en la incorporación de las mujeres a su policía municipal. En este sentido, cabe remarcar que las policías municipales se adelantaron al resto de cuerpos de seguridad en la incorporación de las mujeres, ya que no fue hasta el año 1984 cuando ingresó la primera mujer en el cuerpo de la Policía Nacional y cuatro años más tarde en la Guardia Civil. Según documentos de la época, en un escrito dirigido a Alcaldía, el jefe de la Guardia Urbana Francesc Garcia Barberà, afirmó que Tarragona fue la primera ciudad en el Estado que se planteó la posibilidad de incorporar mujeres a la plantilla.
Ahora bien, esta iniciativa se vio paralizada por falta de legalidad, pero unos años más tarde se reactivó. El motivo de este nuevo paso adelante fue que algunas ciudades españolas hicieron efectiva la contratación de las mujeres para incorporarlas a las policías municipales. Algunos ejemplos son Córdoba, Bilbao o Elche, la cual sirvió de espejo para la capital tarraconense.
En total fueron 8 mujeres las que superaron el proceso selectivo, las cuales fueron contratadas con la misma remuneración que los hombres. Algunos de los requisitos para poder acceder al cuerpo policial en aquella época eran tener entre 18 a 35 años, una altura mínima de 1,6 m, ser solteras o viudas y superar las pruebas que fijaba el Reglamento.
Las primeras ocho mujeres que fueron pioneras en vestir el uniforme, en este caso femenino, de la Guardia Urbana fueron Anna M. Blaya Martínez; M. Antònia Barberà Samaniego; Glòria Garcia Juncosa; M. Dolores Navas Barea; Concepción España Grisaleña; M. Teresa Roca Navarro; M. Pilar Berenguer Rojas y M. Carme Manero Segura.
Celebración de la efeméride
El Intendente de la Guardia Urbana, Manel Vázquez, destaca que esta efeméride es muy importante “porque nos recuerda un hito histórico para nosotros y que en su momento supuso un paso adelante por la Guardia Urbana”. “Estamos muy orgullosos de nuestras pioneras, fueron unas grandes representantes para el cuerpo”, manifiesta.
Vázquez reitera que uno de los objetivos más importantes que se fijó cuando encabezó el cuerpo policial “es la feminización de la Guardia Urbana” y destaca que “hemos ido ganando terreno en este sentido porque hemos doblado el número de mujeres, actualmente hay 36”. Ahora bien, también afirma que “nos queda mucho trabajo por hacer en este sentido porque todavía no llegamos a porcentajes de otros cuerpos policiales estatales ni europeos”.
El jefe de la policía tarraconense asegura que “estamos preparando diferentes cosas para celebrar esta efeméride durante este 2025 y que ya iremos explicando”.
El testimonio de Roca y Berenguer, dos de las primeras ocho mujeres
María Teresa Roca Navarro trabajaba en una fábrica textil cuando decidió hacer las oposiciones para entrar a formar parte de la Guardia Urbana. Tenía 20 años cuando se incorporó y trabajó 42 en el cuerpo policial, hasta que se jubiló. Recuerda que “los inicios fueron duros, pero la cosa fue cambiando con el tiempo. Al principio los compañeros no aceptaban que estuviéramos en el cuerpo, no fue fácil”.
Roca explica que “por ser mujer me pusieron en un cruce durante muchos años gestionando el tráfico durante 8 horas cada día hasta que no hubo semáforos. Tanto si hacía frío como si llovía tenías que estar ahí, no podías abandonar el lugar”.
Sobre la vestimenta, apunta que las mujeres “llevábamos minifalda, botas y una chaqueta primita. Recuerdo que el día de la cabalgata de Reyes de 1975, cuando salimos el primer día, nos quedamos heladas. Aquello no era un uniforme para estar en la calle en pleno invierno, pero es lo que había en ese momento”. Haciendo una comparación entre el pasado y el presente, celebra que “se haya avanzado mucho en la equiparación entre hombres y mujeres porque tienen los mismos derechos y pueden hacer las mismas cosas”.
Pili Berenguer Rojas entró con 18 años en la Guardia Urbana y estuvo en el cuerpo en dos etapas. Cuando llevaba cuatro años, a los 22, pidió excedencia por motivos personales y después de estar un tiempo fuera del cuerpo volvió a formar parte de 1990 hasta 2008. Explica que cuando entró “sintió un poco de miedo porque el mundo del uniforme era de los hombres, la realidad es que éramos muy jovencitas y ellos sentían que los íbamos a invadir un espacio que era suyo”. Además, añade, “al principio costaba que los ciudadanos respetaran a una mujer con uniforme, pero poco a poco fue cambiando”.
Tal y como comentaba Roca, Berenguer también recuerda que los primeros trabajos que les asignaron era vigilar la circulación en diferentes puntos fijos como la plaza Ponent o la avenida Ramon y Cajal con Prat de la Riba.
Pili Berenguer manifiesta que al cabo tres o cuatro meses de ingresar en la Guardia Urbana, la trasladaron a una oficina, como secretaria de un teniente de alcalde. Cuando volvió, en la segunda etapa, la colocaron a atención al público hasta 2008, “un lugar donde me sentía muy a gusto porque me encanta la atención al público y el ciudadano de Tarragona es muy agradecido”.
A todo ello, considera que hay una diferencia abismal entre el año 1974 y la actualidad porque “hay mucha más preparación física y de conocimientos, hay más compañerización y más respeto hacia las mujeres tanto de los compañeros como de la ciudadanía, y la aplicación de mucha más tecnología” y remarca que “ahora las policías municipales están muy bien preparadas”.