Pasear a un perro robot por las calles de Barcelona no es habitual, y aún menos ver cómo la gente darle órdenes como si se tratara de una mascota real. Este es el objetivo del impulsor del proyecto Khlipper, Enric Lucea, que busca acercar la tecnología asistencial a la ciudadanía para demostrar que puede tener un impacto positivo en el día a día de muchas personas. “No queremos sustituir a nadie, el Khlipper viene a complementar”, ha asegurado Lucea en una entrevista con la ACN. El creador, que ha abierto una campaña de micromecenazgo, quiere desarrollar el robot para que “ayude” a personas con “diversidad funcional y personas mayores”.
Vestido con una chaqueta roja y negra, Khlipper se controla con un mando o un localizador e incluso lleva un chip identificativo. Su creador destaca que el coste del proyecto es competitivo en comparación con otras herramientas de asistencia, como los perros guía, que pueden llegar a los 45.000 euros. “Si se convierte en una herramienta realmente útil, el precio irá variando según sus resultados”, asegura. Ahora mismo, el proyecto está en fase de prueba, definiendo qué tareas podría asumir el robot, y con la necesidad de “respaldo” por parte de las entidades que quieran sumarse al proyecto: “La tecnología existe, ahora solo es necesario que el Khlipper sea útil”.
“La idea es que Khlipper pueda aportar beneficios a la sociedad”, explica Lucea. Para conseguirlo, trabaja con código abierto para programar el robot y dotarlo de funcionalidades que lo hagan útil en este ámbito. “La tecnología ha venido a ayudar a las personas y en esta línea va mi proyecto”, afirma. Después de adquirir el robot, Lucea está desarrollando el software para poder usar el Khlipper como herramienta para ayudar a las personas mayores y a las personas con movilidad reducida.
La reacción del público
La presencia de Khlipper en la calle no deja indiferente a nadie. “El 90% de la gente reacciona bien, quiere jugar o darle la mano”, explica Lucea, aunque también hay quien se muestra reticente por su apariencia o por la influencia de las distopías. “Hay personas que lo ven y piensan en un episodio de Black Mirror”, comenta.
Campaña de micromecenazgo
Con la voluntad de continuar desarrollando el proyecto, Lucea ha puesto en marcha una campaña de micromecenazgo para financiar mejoras en el robot y ampliar sus capacidades.