Terrassa ha sido este martes escenario de una visita institucional destacada, con la presencia de la consellera de Economía y Finanzas, Alícia Romero, quien ha sido recibida por el alcalde de la ciudad, Jordi Ballart, y otros miembros del consistorio. La jornada ha incluido una visita al recinto fabril del Vapor Ros, un emblemático espacio industrial de la ciudad que, a partir de ahora, pasa a ser de titularidad municipal.
La firma de los documentos que formalizan esta transferencia de propiedad entre la Generalitat y el Ayuntamiento de Terrassa ha sido un momento clave del encuentro. Los terrenos destinados a equipamiento, así como todos los inmuebles de la finca de El Vapor Ros, hasta ahora gestionados por la Generalitat, se convierten en patrimonio municipal. Este acuerdo abre la puerta a un futuro de transformación para este antiguo complejo industrial, situado en una zona estratégica del centro de la ciudad.
El alcalde Jordi Ballart ha expresado su agradecimiento a la consellera y ha destacado la importancia de esta operación para la ciudad. “Ha costado mucho llegar hasta aquí, pero creo que valía la pena. Este espacio, con más de 11.000 metros cuadrados edificados y 5.000 metros cuadrados de espacio público, representa una gran oportunidad para la dinamización del sector sur del centro de Terrassa. Queremos que el Vapor Ros sea un espacio conector, que permita a los ciudadanos desplazarse entre zonas del centro urbano y abrir nuevas oportunidades para la ciudad”, ha afirmado Ballart.
Además, el alcalde ha recordado que el Vapor Ros, como elemento patrimonial de gran valor, es un testimonio de la historia industrial de Terrassa, en particular del modernismo industrial vinculado al textil. “Estamos comprometidos a preservar su identidad y singularidad mientras diseñamos un futuro que incluya usos culturales, comunitarios y educativos, entre otros”, ha añadido.
Por su parte, la consellera Alicia Romero ha destacado que la transición de este espacio a manos municipales representa un gran reto pero también una gran oportunidad. “Sé que esto no será fácil, pero estoy segura de que, con la colaboración de la Generalitat, podremos ayudar a dar vida al Vapor Ros, para que los ciudadanos de Terrassa lo puedan disfrutar. Comprobamos cómo los espacios industriales, como este, se pueden convertir en referentes para la ciudad”, ha manifestado Romero, seha agradecido la importancia de la colaboración pública y privada para conseguir que este proyecto sea un éxito.
Los próximos pasos incluyen la creación de un plan director de usos para definir los diferentes proyectos que se pueden implantar. Este plan se basará en las conclusiones de un proceso participativo realizado en 2017, donde se recogieron las aportaciones de la ciudadanía, arquitectos y entidades locales.
Con una inversión estimada entre 25 y 30 millones de euros para rehabilitar los edificios y unos 10 millones más para mejorar los espacios públicos, el proyecto del Vapor Ros se presenta como una de las grandes apuestas para el futuro de Terrassa, con la mirada puesta en la revitalización de esta área y su potencial como motor económico y cultural para la ciudad.