Vecinos del barrio de Sant Llorenç de Terrassa se oponen a la construcción de una nueva gasolinera junto a un bloque de viviendas, en el número 720 de la avenida del Vallès. Se trata de una actividad que según fuentes municipales se ajusta a la normativa ambiental y de seguridad, si bien en un comunicado el Ayuntamiento detalla que iniciará los trabajos para revisar los emplazamientos donde a día de hoy se permite la implantación de estaciones de servicio y valorarlo con el resto de usos del entorno. Esta misma tarde el consistorio ha convocado una reunión con empresa y vecinos. Fuentes de estos últimos han explicado a la ACN que de entrada habían declinado participar al no haber podido revisar la documentación sobre el proyecto, pero finalmente han accedido a realizar el encuentro.
La ubicación de la gasolinera encendió los ánimos en el entorno del barrio por su proximidad a las viviendas de la zona, un hecho que generó la opsición del vecindario desde que tuvieron constancia de ello. Ante este hecho, reclamaron al Ayuntamiento que detuviera el proyecto, que a día de hoy dispone de todos los elementos favorables para poder desarrollarlo en su ubicación, según han detallado fuentes municipales.
No obstante, los vecinos pidieron información detallada de la futura estación de servicio, que el consistorio les hizo llegar, y con la mirada puesta a este martes por la tarde, cuando el consistorio programó un encuentro a tres bandas con el responsable de la empresa y los representantes vecinales. Los vecinos, sin embargo, aseguran que aún no han podido analizar estos documentos, y que si bien el Ayuntamiento ha fijado la fecha del encuentro para este martes, se había acordado que se reunieran una vez hubieran podido acceder al detalle de los papeles, un hecho que consideran que se ha incumplido.
Por este motivo, los vecinos habían decidido plantar el Ayuntamiento y la empresa en la reunión de este martes, a la espera de poder hacer una lectura amplia de la documentación, una decisión que finalmente han reconsiderado para poder escuchar de viva voz las explicaciones de las otras dos partes. El consistorio, por su parte, mantiene que el proyecto se adecua a la normativa para este tipo de uso, y señala que se abre a revisarla para que no entre en conflicto con otros usos del entorno.