Este viernes se ha colocado la primera piedra de las obras de rehabilitación y ampliación de la planta potabilizadora del Ter en Cardedeu (Vallès Oriental), que permitirá incrementar la calidad del agua tratada y que se destina al área metropolitana de Barcelona. El acto ha contado con la participación de la consellera de Territorio, Sílvia Paneque, y alcaldes de los municipios del entorno, que han dado el pistoletazo de salida a unos trabajos que se prolongarán 4 años y supondrán una inversión de 120 millones de euros. Además, en las semanas próximas comenzarán los trabajos de ampliación de la arteria Ter-Trinitat, que abarca el área metropolitana de Barcelona.
El Ente de Abastecimiento de Agua Ter-Llobregat (ATL) será el encargado de ejecutar la obra, que financia el Banco Europeo de Inversiones (BEI), y que consistirá en adaptar las instalaciones a los escenarios derivados del impacto del cambio climático. Del mismo modo, permitirá mejorar la calidad del agua producida, mantener su capacidad de tratamiento y anticiparse a futuros cambios normativos.
“Con estas obras damos respuesta es a la rehabilitación y la modernización de esta infraestructura por su antigüedad, porque a lo largo de estos años han surgido nuevas tecnologías para el tratamiento del agua, porque tenemos que prever también nuevas normativas sobre la calidad de agua potable”, ha detallado Paneque. “Tenemos que pensar también en una infraestructura flexible que pueda compatibilizar el régimen de funcionamiento con las nuevas aportaciones previstas”, ha añadido.
Uno de los escenarios que se ha tenido en cuenta es la ampliación de la desalinizadora del Tordera, que obliga a tener una previsión de estas nuevas aportaciones de agua que comportará su puesta en funcionamiento. “Con estas mejoras ofreceremos un agua tratada de gran calidad”, ha valorado la consellera.
Paneque ha destacado que los escenarios cada vez más frecuentes de inestabilidad de lluvia hacen necesario evolucionar con el tratamiento de la planta para adaptarla a los tratamientos clásicos de las aguas superficiales de los climas mediterráneos, en los que al mismo tiempo se debe trabajar pensando en falta de precipitaciones y en posibles inundaciones. Es por este motivo que se ampliará la línea de tratamiento, incorporando una etapa más de filtración y de ozonización intermedia, en la que se construirán 36 nuevos filtros de carbón activo.
Esto permitirá que la planta tenga más flexibilidad para trabajar con caudales más bajos, derivados, por ejemplo, de situaciones de sequía, y también para dar cumplimiento a los acuerdos de la Mesa del Ter, que conllevan una reducción del caudal tratado con el objetivo de mitigar el impacto del cambio climático sobre este río.