Un hombre juzgado desde este miércoles en Barcelona por la muerte de otro en enero de 2023 en la capital catalana ha culpado de los hechos a un antiguo amigo suyo que estaba en el lugar de los hechos.
El apuñalamiento tuvo lugar la noche de Reyes en el barrio de Verdum, en una parada de autobús.
El hombre ha explicado que hasta ahora no había responsabilizado a su antiguo amigo del crimen porque lo consideraba un amigo, pero ahora lo hace porque el otro hombre ha huido al país de origen de los dos y él está en prisión preventiva.
La fiscalía le pide 19 años de prisión por asesinato con traición.
El juicio con jurado popular en la Audiencia de Barcelona durará hasta la semana que viene.
Según la fiscalía, hacia las 3.45 horas de la madrugada del 6 de enero de 2023, el acusado, inmigrante irregular, estaba con unos amigos en una parada de autobús de la Via Oliveras, en el barrio de Verdum de Barcelona.
Este grupo de amigos comenzó a discutir con otro grupo de personas y, durante la disputa, el acusado habría clavado tres veces un arma blanca en el tórax de la víctima.
Una de las puñaladas le seccionó la arteria coronaria, lo que le provocó una gran hemorragia y la posterior muerte.
La víctima no iba armada y estaba bebida, con una tasa de 2,2 gramos de alcohol por litro de sangre. El agresor fue detenido horas después y está en prisión provisional desde entonces.
Por todo ello, la fiscalía le pide 19 años de prisión por asesinato con traición, la prohibición de acercarse a la familia de la víctima hasta diez años después de extinguirse la pena de prisión, y cinco años de libertad vigilada.
También le pide 1,2 millones de euros de indemnización a la familia de la víctima.
Sin embargo, en la primera sesión del juicio, el hombre ha asegurado que él no apuñaló a la víctima, sino que intentó poner paz entre los dos grupos que se peleaban, en concreto la víctima y este antiguo amigo ahora huido que estaba siendo agredido y por el que “sufría”.
Ha admitido que llevaba una navaja encima, pero ha dicho que no la utilizó en ningún momento ni la sacó.
De hecho, ha dicho que solo dio algún “empujón” a los del grupo contrario para que dejaran de agredir a su amigo. Según él, no dijo entonces ni hasta ahora que su amigo había agredido a la víctima porque pensaba que confesaría y lo quería proteger, pero al acabar él en prisión, ha cambiado su versión.
Además, ha explicado que durante toda la tarde y noche anteriores bebió mucho alcohol.
Para comer ya tomó una botella de vino entera con un amigo, y luego se bebió unas 16 botellas de cerveza.
Sin embargo, ha dicho que estaba consciente y no quería en el suelo.
Los hechos tuvieron lugar tras salir de una discoteca.
Este jueves está prevista la declaración de siete testigos presenciales de los hechos, dos que vieron al acusado justo después y a la madre del fallecido.
También declararán, en este caso el viernes, los guardias urbanos que llegaron primero al lugar de los hechos y varios mossos d’esquadra que investigaron el crimen.
El mismo viernes se expondrá un informe fotográfico para identificar al autor de las puñaladas mortales, los restos encontrados en la ropa del acusado y el lunes un informe forense sobre la salud mental y los hábitos tóxicos del acusado.
El veredicto del jurado popular podría conocerse a partir del jueves de la semana que viene.
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