El sol de hoy ha salido con una intención clara: hacer de Sant Jordi una jornada para recordar. Y lo ha conseguido. Barcelona se ha despertado con ese olor que sólo tienen los días grandes: una mezcla de libros acabados de abrir, rosas húmedas y nervios de aquellos buenos. Ha habido colas delante de cada parada, risas entre desconocidos, niños sentados en el suelo leyendo cuentos y parejas que se abrazaban más fuerte que de costumbre.
Por el centro, desde la Rambla hasta el Paseo de Gracia, pasando por la Diagonal y el barrio de Gràcia, la ciudad ha sido un hormigueo de ilusión. El aire, cálido y primaveral, invitaba a perderse entre paradas donde cada libro era una promesa. Pero hoy, además de comprar y regalar, muchos han venido a encontrarse con los autores. Y ellos, encantados, han respondido con sonrisas, dedicatorias y conversaciones cortas pero llenas de verdad.
Cuando el libro se convierte en diálogo
Las firmas han sido el verdadero corazón de la jornada. En la FNAC de la Isla Diagonal, Andrés Iniesta se ha convertido en protagonista, esta vez no como futbolista, sino como escritor. Con su libro “La mente también juega”, Iniesta ha compartido reflexiones íntimas y valores que le han acompañado dentro y fuera del campo. “De jugar al fútbol a firmar libros… es impresionante y muy especial. Estoy emocionado”, decía, con la humildad que lo caracteriza. “ Volver a Barcelona siempre es bonito. Días como hoy te remueven por dentro.”
Cerca suyo, Sandra Miró firmaba ejemplares de su nueva novela Solo déjate llevar, su quinto libro, una historia sobre la valentía de abandonar el control y abrirse a la vida. Rodeada de lectores fieles, transmitía una energía contagiosa. “Con este tiempo tan bueno, todo es fantástico. El 23 de abril se vive muy profundamente y fomenta la cultura de una manera preciosa”, aseguraba mientras no paraba de firmar ni de sonreír.
Palabras que curan e historias que pesan
Uno de los momentos más emotivos del día lo ha ofrecido Carmen Lomana, que ha podido hablar sobre su nuevo libro: Pasión por la vida: memorias, su cuarto libro y, según ella, el más sincero. “Por primera vez hablo realmente de mí. De momentos duros, muy duros: la muerte de mi marido, cuando me quedé estéril…”, explicaba con voz baja pero firme. “Llevo todo el día emocionada. Este libro me ha reconciliado conmigo misma.” Muchos de sus lectores no sólo le pedían una firma, sino también un abrazo.
Otra figura que ha cautivado al público ha sido Tamara Gorro, radiante y visiblemente conmovida. Su obra, Ahora que vuelvo a vivir, es un canto a la resiliencia y la felicidad. “Días como hoy hacen que las ganas de vivir no se agoten”, decía con los ojos brillantes. “Ver a la gente emocionada por verme me hace vibrar. Lo que se respira hoy es amor puro. Y eso me empuja a seguir escribiendo desde la luz.”
Gastronomía, emprendimiento y política: la Diada es de todos
En un tono más cercano y doméstico, Jordi y Marc Roca han firmado su libro conjunto La nevera medio llena, una recopilación de recetas pensada para hacer fácil aquello que a menudo parece complicado. “Es el mejor día del año. ¡Y, encima, es mi santo!”, decía Jordi entre bromas. Marc añadía: “Hemos querido hacer un libro accesible. Que incluso los más jóvenes se atrevan a cocinar.” La parada hacía olor a cocina, y no era sólo imaginación.
También ha habido espacio para el empuje vital con Jose Ajram, que firmaba sus libros Cómo creé mi tribu y Encontrar la verdad, donde recoge su trayectoria de esfuerzo, riesgo y emprendimiento. “Voy a empezar de cero, y ahora hablamos de dos millones de ejemplares… Es increíble. Me encanta ver a tanta gente joven con energía para comerse el mundo”, explicaba.
Y entre política y periodismo, Mayka Navarro y Paco Marqués han removido conciencias con La huida, un libro que promete revelar el no-dicho sobre el expresidente Carles Puigdemont. “Nos hemos discutido mucho escribiendo este libro, pero también nos creemos mucho. Es nuestra manera de trabajar. Fricción y afecto”, comentaban, entre risas, mientras firmaban con una complicidad evidente.
Una ciudad que se estima leyendo
En las terrazas, entre cañas y cafés, se comentaban libros y se compartían impresiones. Las bolsas llenas, las rosas en la mano y los libros dedicados como tesoros. Barcelona ha vuelto a ser lo que siempre quiere ser: una ciudad que lee, que ama, que se celebra.
Este año, Sant Jordi 2025 ha sido una oda a lo esencial: las historias, las emociones, la cultura compartida. Y sobre todo, ha sido una declaración de amor: al libro, a la palabra y a la vida.