Seguridad de los árboles: se retiran árboles muertos, muy debilitados o que presentan deficiencias estructurales que podrían derivar en caída de árboles o ramas. Salud de las personas: se incrementa la frecuencia cuando podar los árboles permite reducir los problemas de alergias a las semillas o al polen. Además, también se minimiza que aparezcan los frutos de los árboles que pueden causar molestias. Visibilidad y servicios: se pueden los árboles que pueden afectar a la visibilidad o funcionalidad de los pasos de peatones, semáforos, alumbrado público, señalización y también cuando la proximidad a balcones o ventanas es excesiva. Asimismo, se continuará teniendo en cuenta que la poda respete la nidificación de las especies protegidas de aves, que no se perjudique a las especies animales beneficiosas y que se mantenga la estructura de la cabezada que debe ayudar a luchar contra el cambio climático en la ciudad, especialmente en los periodos de calor extremo. Con esta poda, los árboles pueden mantener un puerto más natural, lo que permite que cumplan mejor con sus funciones de captura de contaminantes y de dióxido de carbono (CO₂), así como proporcionar sombra mejorando el confort térmico en la ciudad.
Los alumnos barceloneses volverán de Semana Santa con mejoras en 42 centros educativos
El Consorcio de Educación de Barcelona, ente formado por la Generalitat y el Ayuntamiento de la ciudad, aprovecha…