miércoles, 25 de junio de 2025
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Dos años de alcaldía en Barcelona: más movilidad y seguridad, menos consenso en vivienda y limpieza

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JAUME COLLBONI BARCELONA

El Ayuntamiento de Barcelona, encabezado por Jaume Collbony, ha llegado al ecuador del mandato con una batería de políticas activas en ámbitos como la vivienda, la movilidad, la seguridad, el medio ambiente y el desarrollo económico. A pesar de algunos avances destacados —como la reducción del 4,9% de los delitos en el año 2024 o los récords históricos de uso del transporte público—, diversos sectores cuestionan la eficacia de determinadas medidas y su implantación desigual sobre el territorio.

Vivienda y urbanismo: voluntad política, resultados limitados

El gobierno ha situado la vivienda como una prioridad, con convenios para ampliar el parque público. Destacan el acuerdo con la Generalitat para cofinanciar 1.151 pisos protegidos y la cesión de solares al Instituto Catalán del Suelo para construir 332 viviendas de alquiler social, mayoritariamente en Sant Martí. También, durante 2024, se han entregado pisos asequibles a jóvenes en Sant Andreu.

A pesar de estos pasos, la oferta no cubre la demanda existente. Las manifestaciones respecto a este ámbito han estado muy presente. Especialmente polémica es la aplicación de la reserva del 30% de vivienda protegida en promociones privadas, que ha generado un debate intenso por su escasa efectividad: sólo 156 viviendas en seis años.

Por otro lado, en urbanismo se han culminado obras importantes como la renovación de la nueva Ronda de Sant Antoni (inaugurada en mayo de 2025), que ha transformado definitivamente la antigua Ronda provisional de la Ciutat Vella. Este proyecto —financiado con 11,2 millones de euros— ha ampliado aceras, zonas verdes y un parque infantil, poniendo fin al estado provisional de los últimos años.

Movilidad: crecimiento del transporte público, pero con desequilibrios

El refuerzo del transporte ha sido una de las grandes apuestas del mandato. En mayo de este año se registraron 63,5 millones de validaciones entre metro y bus, una cifra récord. Paralelamente, el Bicing ha ampliado su capacidad eléctrica y cobertura territorial con una gran inversión.

Sin embargo, por parte de la ciudadanía hay críticas por la falta de coordinación metropolitana y la lentitud en infraestructuras como el L9 del metro. Del mismo modo, las obras, muy habituales en la ciudad, han generado quejas vecinales, aunque el consistorio defiende una movilidad más verde y segura.

Seguridad: menos delitos, pero sensación desigual

Con el despliegue del “Plan Kanpai” contra la multirreincidencia y más presencia policial, en 2024 se redujo la delincuencia en casi un 5%. El consistorio defiende su coordinación con los Mossos y el refuerzo de vigilancia en zonas conflictivas como el Fòrum o el Raval, dos espacios con niveles de delincuencia elevados.

Sin embargo, la percepción ciudadana no siempre refleja esta mejora: algunos barrios aún reclaman más patrullaje y medidas concretas en momentos sensibles como las noches de ocio.

Limpieza: más inversión, pero persistencia de los puntos críticos

El Plan Arregla ha multiplicado la inversión en limpieza urbana, con un refuerzo de equipos, inspecciones y campañas de civismo. Durante 2023 se anunció que se triplicaría el gasto para mantener la ciudad limpia y en buen estado (aproximadamente 435 M€ nuevos, sumados a los 550 M€ ya previstos en el contrato del anterior mandato), y así fue. El Ayuntamiento informó de resultados positivos iniciales: reducción del número de incumplimientos de las empresas de limpieza en la ciudad, según la teniente de alcaldía Sílvia Bonet y también más inspecciones sancionadoras contra actos incívicos. Estas operaciones, como informan desde el Ayuntamiento, se han mantenido durante estos dos años.

A pesar de ello, las quejas sobre calles sucias y mantenimiento irregular se mantienen en barrios diversos. La oposición pide una evaluación rigurosa del plan y una aplicación efectiva de las sanciones anunciadas.

Medio ambiente: hoja de ruta ambiciosa, ejecución desigual

El Plan Clima 2030, dotado con 1.800 millones de euros, articula la estrategia contra el cambio climático. Incluye medidas de descarbonización, eficiencia energética y adaptación climática, como la creación de 50.000 m² de sombra urbana y la plantación de 9.000 árboles.

También se ha establecido un dispositivo estival para proteger a colectivos vulnerables ante olas de calor. No obstante, colectivos sociales alertan de que faltan actuaciones estructurales e inversiones en energía solar o rehabilitación de edificios municipales para cumplir los objetivos de 2030.

Economía y ciudad: crecimiento robusto, pero con asignaturas pendientes

Con un PIB que creció un 3,8% en 2024 y una caída del paro, el equipo de gobierno presenta un balance positivo. El plan “Barcelona Impulsa” prevé invertir 890 millones de euros hasta 2027 para generar 180.000 puestos de trabajo y transformar sectores estratégicos.

Barcelona también ha consolidado su proyección internacional con la obtención de grandes eventos como el Grand Départ del Tour de Francia (2026) o la gala de los Goya. Sin embargo, entidades sociales reclaman que el crecimiento no olvide la cohesión y la vivienda social, y critican una excesiva dependencia del turismo urbano.

Servicios sociales y educación: ayudas activas, pero desigualdades estructurales

El Fondo de Infancia 0-16 mantiene ayudas directas para familias vulnerables, con una cobertura mejorada en 2025. En educación, destaca la Escuela Municipal de Segundas Oportunidades para jóvenes que habían abandonado los estudios, con una tasa creciente de inserción formativa.

No obstante, hay demandas pendientes como la renovación de infraestructuras escolares, la eliminación de barracones y un plan de choque para escuelas saturadas en barrios vulnerables.

Cultura y participación: entre la proximidad y los grandes acontecimientos

La política cultural ha combinado apoyo a los festivales de barrio y equipamientos locales con la atracción de eventos de proyección internacional. Paralelamente, se han mantenido las herramientas de participación ciudadana y se ha reforzado la transparencia institucional.

Sin embargo, la implementación de los presupuestos participativos sigue siendo objeto de debate, y las voces críticas reclaman una mejora de la participación digital y el acceso a la información.

Balance claroscuro de un mandato en solitario

Los dos primeros años del gobierno de Jaume Collboni han estado marcados por una voluntad de continuidad en algunas políticas anteriores —especialmente en materia de movilidad y medio ambiente— y por el intento de poner sello propio en ámbitos como la seguridad o el desarrollo económico. Todo ello, con una gestión en solitario que ha obligado al ejecutivo municipal a buscar apoyos puntuales y equilibrios constantes en un consistorio fragmentado.

El balance muestra avances tangibles en algunos indicadores, pero también resistencias estructurales y una aplicación desigual de las políticas sobre el territorio. El ecuador del mandato abre una segunda mitad clave para comprobar si las medidas anunciadas se ejecutan con la ambición y suficiente consenso para generar un impacto real en la calidad de vida de los barceloneses.

 

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