La prisión de Brians 2 ha autorizado a algunos de sus presos a tener papel de plata para poder consumir droga inhalada con cierta seguridad mientras siguen un tratamiento para desintoxicarse, según ha publicado “El caso” y ha confirmado el Departamento de Justicia a la ACN. El departamento asegura que en ningún caso la distribución de estas láminas es libre ni pretende facilitar el consumo de drogas de los internos, sino que está restringida a aquellos internos a quienes el Centro de Atención y Seguimiento de la drogodependencia (CAS) del centro penitenciario lo autoriza.
Esta medida es de aplicación frecuente en los CAS de la drogodependencia que hay distribuidos por el territorio, a pie de calle, disponibles por los ciudadanos que sufren esta problemática. En la cárcel de Brians 1, donde también está CAS, ya se aplicaba la medida, y Justicia estudia si se puede ampliar a las otras cárceles, que no tienen CAS.
En las dos cárceles de Brians hay un Centro de Atención y Seguimiento (CAS) de la drogodependencia, que ayuda y acompaña a los internos drogodependientes a rehabilitarse con diferentes tratamientos y programas y a reducir los riesgos de su consumo mientras aún no han alcanzado la rehabilitación completa. Una de las políticas de reducción de riesgos que aplica el CAS es la distribución de papel de plata sin plomo. Esto favorece que el consumo de determinadas drogas sea por vía nasal y no intravenosa, un hecho que evita que el daño que provoca el tóxico sea mayor, reduce notablemente el riesgo de sufrir una sobredosis y también hace bajar el riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas (ya que reduce el uso de jeringas).
Los centros tienen programas de prevención y de desintoxicación para aquellos internos que sufren algún tipo de drogodependencia. Según datos del Departamento de Salud, se calcula que un 40% de la población penitenciaria sufre problemas de drogodependencia.
