Este pasado domingo se ha podido observar una escena no muy común, y menos cuando se trata de un día con mal tiempo. Un joven, del que se desconoce su identidad, se enfiló a un árbol con una botella de cerveza y se la tomó tranquilamente, mientras éste era sacudido por el viento.
Esta imagen fue presenciada por varias personas que, incrédulas, vieron descender al joven por encontrarse con un grupo de personas al pie del árbol. Precisamente, no se trata de un árbol demasiado robusto y el joven había subido hasta una altura de 10 metros.
La situación insólita ha tenido lugar en Santander en plena borrasca Herminia, que ha provocado más de un centenar de incidencias en varias comunidades autónomas.