Una mujer que trabajaba como teleoperadora fue despedida de su empresa después de que la echaran llamándose a sí misma para evitar atender a otros clientes. La Justicia ha dado por probado este hecho y ha dado la razón a la empresa, que la hizo fuera por despido disciplinario.
Los hechos ocurrieron en una empresa de Vigo, en Galicia, aunque la mujer trabajaba a distancia bajo el control de su supervisor. De hecho, la mujer pidió permiso al supervisor para hacer retrucadas, denominadas ‘callbacks’ en el sector, aunque ella había explicado que era para completar gestiones con otros clientes.
En cambio, la mujer se llamaba a sí misma y aprovechaba para descansar fuera de las horas de descanso que tenía por convenio. Durante siete meses de todo el año 2022 utilizó esta estrategia, pero el supervisor acabó sospechando y acabó descubriéndola.
En un primer momento, nadie sospechó porque la mujer era considerada una de las “mejores trabajadoras” de la empresa y además cobraba incentivos por parte de la empresa, con contratos eventuales y haciendo campañas de fidelización y promoción.
Una vez despedida, la mujer denunció a la empresa por despido improcedente, defendiendo que las llamadas se hacían durante sus ratos de descanso y que solo hacía “cinco o siete al mes y de escasos minutos de duración”.
Un juzgado de Galicia dio la razón a la empresa, pero la trabajadora recurrió y ahora es el Tribunal Superior de Justicia de Galicia quien sentencia en la misma dirección. Los magistrados consideran que su intención era “eludir el tiempo de prestación del servicio cuando no disfrutaba de tiempo de descanso”. Por este motivo, le acusa de “transgredir la buena fe contractual, abuso de confianza, deslealtad y disminución del rendimiento“.
