Los investigadores del incendio del Campanario de Valencia han cambiado la versión de los hechos de este incendio que dejó 10 muertos y calcinó completamente dos bloques de pisos de la capital valenciana.
En un primer momento, debido a las imágenes que se fueron viralizando sobre el incendio, se creía que el fuego se habría originado en el balcón de una de las viviendas quemadas, probablemente debido al mal funcionamiento de un toldo.
Ahora, sin embargo, los investigadores creen que el origen del fuego no se produjo en el exterior del edificio, sino en el interior de una de las viviendas, el número 86. Según informa la Policía Nacional, el origen habría sido un accidente fortuito por el mal funcionamiento de un electrodoméstico, probablemente la nevera de la vivienda.
La delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, ha respondido algunas preguntas sobre el caso después de que el pasado viernes se levantara el secreto de sumario.
En este sentido, Bernabé ha explicado que el juzgado que investiga el caso ha descartado indicios penales en las causas del incendio, confirmando el accidente como causa del fuego. Las llamas comenzaron en la cocina de la vivienda 86 por el mal funcionamiento de un electrodoméstico y se extendió por el piso, llegando al balcón, donde se incendió también el toldo y a partir de ahí comenzó a extenderse por toda la fachada.
A raíz del levantamiento del secreto de sumario y del sobreseimiento de las actuaciones a la espera de que acaben las investigaciones policiales, las compañías aseguradoras pudieron entrar en las viviendas para hacer las gestiones pertinentes e indemnizar a los perjudicados por el incendio.
Según Bernabé, las aseguradoras podrán trabajar y “entrar a ver las cuestiones que tengan que ver con los afectados, para que puedan empezar de nuevo su proyecto vital”.
El incendio dejó 10 personas y más de un centenar de animales muertos
Según estas nuevas informaciones, pues, la principal hipótesis es que el fuego se iniciara en la nevera de la vivienda 86 y acabara saltando a la fachada del edificio. Eran las 17:30 h del 22 de febrero, y en solo una hora, las llamas ya habían engullido dos bloques de viviendas de 10 y 14 plantas, unidos por una torre central.
En las viviendas afectadas vivían unos 450 vecinos que, o bien pudieron abandonar sus pisos cuando empezaron a ver el humo y las llamas, o no estaban en el edificio en el momento del fuego. El número de víctimas mortales fue de 10, entre ellos una familia de una pareja y sus dos hijos pequeños, pero también murieron más de un centenar de animales. Además, 15 personas resultaron heridas, entre ellos 7 bomberos.
