Un informe clínico ha confirmado que el hijo de Nuria Vargas, con solo un año, sufre nefrocalcinosis y un fallo en el crecimiento, debido a la contaminación de benceno que sufrió durante el embarazo.
Los vecinos de la barriada Guadalquivir de Coria del Río, han denunciado durante más de 15 años los efectos de una contaminación evidente por gases tóxicos, con más de 4.000 personas afectadas. A través de la Asociación de Vecinos Afectados por Tóxicos, han hecho públicos casos de problemas de salud graves, como infartos, leucemias y otras enfermedades, aunque establecer un vínculo directo con la contaminación ha resultado complicado.
Nuria, residió en esta zona contaminada siete meses antes de trasladarse a Canarias, donde dio a luz y consiguió dar diagnóstico a su hijo el cual perdió mucho peso al nacer. El pediatra contactó con especialistas que pudieron confirmar que la nefrocalcinosis que sufre el pequeño es consecuencia de la intoxicación por benceno.
Ante este diagnóstico, la madre expresa su temor por las posibles complicaciones a largo plazo por la salud de su hijo, que actualmente sigue una dieta específica e intenta llevar una vida normal.
Investigaciones previas han sugerido que la contaminación podría provenir de filtraciones de una gasolinera cercana o de pozos mal sellados donde se vertieron residuos industriales durante los años 80, aunque hoy en día, todavía no se ha aclarado nada. Los vecinos exigen la limpieza del suelo y una solución a esta crisis de salud pública, advirtiendo que vivir en Coria del Río es “comprar lotería para tener problemas de salud“.
La lucha de los residentes continúa mientras esperan que las autoridades reconozcan la gravedad de la situación y tomen medidas efectivas para garantizar su bienestar y la salud de las futuras generaciones.