Barcelona ha superado los 1,73 millones de habitantes en el año 2025, según la lectura del padrón municipal a 1 de enero, con un aumento de cerca de 30.000 personas en el último año que lleva la ciudad hasta el mayor volumen de población desde 1985, hace ahora 40 años. El crecimiento es general, no hay ningún distrito que haya perdido población respecto a un año atrás, y está nuevamente vinculado al movimiento migratorio, que suma 46.000 personas más, mientras el crecimiento natural de la población (de nuevo, negativo) cuando menos se estabiliza. La población nacida en la ciudad ya representa sólo el 45% del total de los barceloneses y los menores de 16 años retroceden levemente por debajo del 12% de la población. También se ha registrado un nuevo máximo de 1.104 personas centenarios.
Barcelona encadena tres años consecutivos de crecimiento de su población impulsada por la inmigración, según se desprende de la lectura del padrón municipal con fecha de 1 de enero de 2025. Con todo, el crecimiento del último año es de un 1,7%, un ritmo menor que el registrado entre 2023 y 2024, del 2,6%. Donde más ha crecido la población es en los barrios de La Clota y la Marina del Prat Vermell, donde la creación de viviendas de nueva planta ha atraído a nuevos habitantes, según detalla la jefa del departamento de Estadística y Difusión del Ayuntamiento, María Jesús Calvo Nuño.
En un contexto de crecimiento, sin embargo, la población nacida en la ciudad continúa disminuyendo. Si el 2019 fue el primer año en el que las personas empadronadas no nacidas en la ciudad fue ligeramente superior al de las nacidas en la ciudad, este año la población autóctona se queda ya en el 45% del total. Los datos también muestran la evolución a la baja del porcentaje de población nacida en el resto del Estado -del 20% en el año 2000 al 12,8% en 2025).
Nuevo crecimiento de los extranjeros, pero más moderado
Esta tendencia ha sido compensada por el aumento de nacidos en el extranjero, que acaban de superar el 35% de los empadronados (35,4%, a 1 de enero), un total de 610.000 vecinos. Dicho de otra manera, más de uno de cada tres habitantes de Barcelona es nacido en el extranjero, proporción a la que se llegó por primera vez ya el año pasado. Con todo, Calvo ha remarcado que también la llegada de personas de fuera del país se ha moderado un poco en comparación con el año 2023.
Los menores de 16 años pierden peso relativo
Aunque la edad media de la ciudad se mantiene en torno a los 44 años, hay importantes diferencias en la edad media en función del lugar de nacimiento. Los habitantes con una edad media más elevada son los nacidos en el resto del Estado de una manera clara, con 65,9 años, efecto del descenso de recién llegados a la ciudad de esta procedencia. Los nacidos en la ciudad tienen una edad media de 41,6 años, mientras los que lo han hecho en el resto de la UE y también en el resto del mundo, se sitúan poco por encima de los 39 años.
Por grupos de edad, el peso de la población infantil (menores de 16 años) cae por debajo del 12% de los habitantes por primera vez desde que hay registros, aunque el pequeño repunte de la natalidad en los años anteriores a 2010 ha contenido su descenso relativo. También en los últimos años, se estabiliza el peso relativo del colectivo de personas mayores, en un contexto de llegada de flujos migratorios de jóvenes y adultos que ha contribuido a ensanchar la parte central de la pirámide de edades.
Ahora bien, un reflejo del envejecimiento de la población y el alargamiento de la esperanza de vida es el registro de un nuevo máximo de personas centenarias en la ciudad. El año pasado se superó la frontera de los 1.000, y a 1 de enero de 2025 la cifra es un 9,6% superior, con un total de 1.104 personas centenarias empadronadas en la ciudad. Casi el 84% de todas ellas son mujeres.
182 nacionalidades en la ciudad
Desde el punto de vista de las nacionalidades, Barcelona tiene hoy un 26,4% de población de otras nacionalidades (no española), un aumento de un 5,7% respecto a 2024. La diferencia entre el porcentaje de nacidos en el extranjero y personas de nacionalidad extranjera se explica porque un porcentaje de los primeros obtienen la nacionalidad española. En concreto, el 29% de los nacidos en el extranjero residentes en la ciudad han adquirido la nacionalidad española, un perfil que actualmente representa a 1 de cada 10 personas empadronadas en Barcelona.
Con casi 50.000 personas, Argentina es el principal país de nacimiento de los nacidos en el extranjero. El resto de países de origen más numerosos son, por orden: Colombiano, Perú, Venezuela, Pakistán, Marruecos, Ecuador, Italia y Honduras y China. La diversidad de nacionalidades se mantiene como uno de los rasgos distintivos de Barcelona: aparte de la española, conviven personas de hasta 182 nacionalidades diferentes. Americanos y europeos son los grupos de extranjeros más numerosos. Las nacionalidades más abundantes siguen siendo la italiana, la colombiana y la pakistaní.
La distribución territorial de la población extranjera es desigual: en términos relativos, Ciutat Vella destaca claramente, con un 54,8% de la población de nacionalidad extranjera.
El perfil académico de los extranjeros empadronados en Barcelona también es muy diverso atendiendo al origen, aunque, en conjunto, un 43,1% de los extranjeros que viven en Barcelona declaran tener estudios universitarios o un ciclo formativo de grado superior, más, por tanto, que el nivel formativo de la población en conjunto: un 36,9% de los empadronados de dieciséis y más años tiene titulación universitaria o un ciclo formativo de grado superior. Por otro lado, se acentúa el diferencial entre hombres (34,7%) y mujeres (38,9%).
“Diferentes hogares en una sola vivienda”
En la última lectura de 1 de enero de 2025 se observa que los 1.732.066 ciudadanos empadronados en la ciudad viven en 681.087 domicilios, con una media de 2,48 personas por vivienda. Según Calvo, La media ha subido un poco respecto al año pasado “probablemente porque las viviendas son ocupadas por más gente que no necesariamente es familia. ” Son empadronamientos que constituyen “diferentes hogares dentro de una misma vivienda””, tal y como los ha descrito la responsable municipal de estadísticas.
Las personas registradas en domicilios unipersonales son 215.153, un 31,6% del total. Si estas personas que viven solas las situamos en relación con el conjunto de la población mayor de edad de Barcelona, el porcentaje es del 12,4%. Ambos porcentajes han variado poco durante los últimos años.
También el número de mujeres que viven solas es mucho más numeroso en los domicilios unipersonales (60,8%) que el número de hombres que viven solos (39,2%). Y este vuelve a ser un rasgo recurrente, y lo es en muchos otros ámbitos territoriales: cuanto más desarrollado está el estado del bienestar, más posibilidades hay de vivir solo. Y cuanto mayor es la incorporación de las mujeres al mercado de trabajo, menos dependientes son de los hombres, y más eligen vivir solas. Aparte de aspectos como la autonomía o la intimidad, el aumento de la esperanza de vida (superior entre las mujeres) y la eclosión de las telecomunicaciones juegan a favor de la expansión de los hogares unipersonales de uno y del otro sexo. En este sentido, se puede observar como en los últimos 28 años, la distancia entre ambos colectivos se ha ido acortando y el porcentaje de domicilios unipersonales masculinos ha incrementado un 23,4%.