La Cuaresma, un periodo de 40 días de reflexión, penitencia y preparación para la Semana Santa, comienza cada año el Miércoles de Ceniza, justo después de las celebraciones de Carnaval. Este año, el Miércoles de Ceniza será el 5 de marzo y marcará el inicio de una etapa que se prolongará hasta el sábado 19 de abril, coincidiendo con la Semana Santa del 18 al 21 de abril.
Durante este tiempo, los cristianos viven un proceso de purificación que busca prepararse para la celebración de la Pascua, la resurrección de Cristo. La Cuaresma es vista como una oportunidad para hacer penitencia y acercarse a Dios mediante la reflexión, la oración, el ayuno y otras prácticas espirituales.
Uno de los símbolos más conocidos de esta época es la figura de la Vieja Cuaresma, un personaje que representa el periodo de privaciones y abstinencia. La Vieja Cuaresma es una mujer mayor, con un bacalao en una mano y un cesto de acelgas en la otra, que simboliza las comidas sencillas y la vida austera durante estos 40 días. Además, la figura tiene siete piernas, una para cada semana de Cuaresma. La tradición dicta que cada semana se retira una pierna, y al final, suele ser quemada, al igual que su predecesor, el Carnaval.
La Cuaresma es un tiempo que también se caracteriza por la intensificación de la plegaria y la reflexión personal. Es habitual que los fieles participen en actividades como el Vía Crucis, que recuerda el sufrimiento de Jesús, así como en actos de caridad y misericordia. Los viernes son especiales durante este tiempo, ya que muchos se dedican a la abstinencia de carne como acto de sacrificio y solidaridad.
El origen de esta celebración se remonta al siglo IV, cuando ya se conmemoraba en Oriente y Occidente como un periodo de 40 días de preparación espiritual para la Pascua. Durante estos primeros tiempos, la Cuaresma era aún más estricta, ya que implicaba un ayuno diario.