Cataluña inauguró hace pocas semanas un nuevo modelo de radar mucho más eficiente y que hasta ahora era inédito en el país. Concretamente, se les conoce como radares en remolque o carros radar, unos aparatos que tienen la particularidad de que pueden desplazarse por cualquier punto de la red viaria y que no necesitan conexión eléctrica.
Estos aparatos, de los que se han instalado cuatro en las carreteras catalanas, funcionan con una tecnología láser que les permite hacer el seguimiento de un vehículo durante unos metros y así determinar la velocidad a la que circula. También pueden detectar el exceso de velocidad en varios carriles a la vez y, al quedar conectados a Internet a través de Wi-Fi, pueden tramitar y gestionar los expedientes inmediatamente en caso de detectar una infracción.
Esta última característica ha permitido que los primeros radares de esta tipología activados en Cataluña hayan puesto casi 10.000 multas en sus primeros tres días de funcionamiento. Concretamente, según datos del Servicio Catalán de Tráfico (SCT) recogidos por EFE, estos radares han controlado 65.120 vehículos en tres días y ha multado a 9.980 por exceso de velocidad.
Estos datos muestran que se ha detectado un exceso de velocidad de entre un 17% y un 23% de los conductores que circulan por la C-31, a la altura de Bellvitge en dirección a Castelldefels; y por la AP-7 a la altura de Santa Perpètua de Mogoda en sentido Tarragona.
Según ‘El Periódico’, el director de Tráfico ha reconocido que casi 10.000 multas en tres días es una “cifra elevada” de multas, especialmente en cuanto a vehículos ligeros, y que les ha “sorprendido” mucho un porcentaje tan elevado de incumplimiento de los límites de velocidad.
Desde Tráfico reconocen que, cuando se instalan nuevos radares, acostumbran a tener picos de sanciones muy elevados al principio y que, después, cuando los conductores ya los tienen localizados, el número de sanciones baja y se estabiliza. Pero con estos radares, que se pueden mover por 150 puntos diferentes de las carreteras catalanas, será mucho más difícil que los conductores estén al caso de donde están en cada momento.
Sin embargo, el director de Tráfico, Ramón Lamiel, ha añadido que “informarán más” sobre la presencia de estos radares y los señalizarán “muy bien”, haciendo “muy evidente que hay un radar” en la vía, a través de paneles móviles o incluso en tramos donde los conductores ya saben que hay otros radares.
De momento, la Generalitat tiene cuatro de estos carros radar que va moviendo por las carreteras. Este pasado puente de la Purísima, por ejemplo, situó dos en la AP-7, en La Roca y en Santa Perpètua de Mogoda; uno en la B-23 y otro en la C-31, todos ellos en dirección Tarragona. La Generalitat tiene el objetivo de adquirir más aparatos y de contar con 26 radares carro en el año 2026.