España ha experimentado un aumento en los casos de norovirus, un grupo de virus altamente contagiosos que provocan gastroenteritis. Esta situación se añade a la ya elevada incidencia de gripe y resfriados, lo que ha generado preocupación entre los profesionales sanitarios. El norovirus, aunque en general no es grave, tiene una propagación rápida y sus síntomas pueden ser muy incómodos.
Los síntomas más comunes del norovirus incluyen diarrea, vómitos, náuseas y rampas estomacales. Estos aparecen de forma repentina y generalmente duran entre 1 y 3 días. Los médicos advierten que, en muchos casos, la infección puede ir acompañada de fiebre leve y una sensación general de cansancio.
Aunque el norovirus no causa complicaciones graves, los expertos subrayan la importancia de reconocer los síntomas a tiempo, ya que la deshidratación es la principal consecuencia de la infección. Por ello, el tratamiento básico consiste en mantenerse bien hidratado, bebiendo agua, líquidos con electrólitos o caldos suaves.
El virus se transmite principalmente a través de alimentos o agua contaminada, aunque también se propaga con facilidad por contacto cercano con personas infectadas. La rápida propagación es especialmente común en lugares cerrados y de gran afluencia, como escuelas, hospitales, centros comerciales o puestos de trabajo.
Mientras que la gripe o la COVID-19 empiezan con mal de cabeza o de pecho, el norovirus afecta directamente al aparato digestivo. Para evitar la propagación del norovirus, es fundamental mantener una correcta higiene. Lavarse las manos con agua tibia y jabón antes de comer, así como evitar tocarse la boca o los ojos con las manos contaminadas, son medidas esenciales de prevención. Los desinfectantes de manos no son eficaces contra este virus, por lo que el lavado adecuado con jabón es la mejor prevención.