El Departamento de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica haplanificado la transformación de 76,3 kilómetros de carreteras en 2+1 de cara este año y en 2026 y destinar 128,8 millones de euros. Se trata de un formato de vía convencional que se amplía a tres carriles en algunos tramos para facilitar el avance seguro con el objetivo de evitar choques frontales. La primera licitación se hará antes de Semana Santa y será sobre 3,3 kilómetros de la C-12, entre Tivissa y Móra la Nova, en la Ribera d’Ebre, y con un presupuesto de 8,6 millones de euros. Estas actuaciones forman parte del programa 2+1 2023-2030 que contempla intervenciones sobre un total de 425 kilómetros de red viaria y con un gasto de 666 millones de euros.
Entre 2025 y 2026 está previsto impulsar un global de 16 obras, siete de ellas este año cubriendo 33,2 kilómetros con un coste de 66,7 millones. En este sentido, destacan 8,2 kilómetros de la C-12, entre Amposta y Vinallop (Baix Ebre), con 19 millones, y 5,6 kilómetros de la C-37, entre Manlleu y Torelló, en Osona, por un importe de 5,6 millones de euros. De cara al próximo año, están fijadas las nueve actuaciones restantes en un total de 43,1 kilómetros y 62,1 millones de euros. Entre las actuaciones hay 3,4 kilómetros en la C-63 en Vidreres (Selva), con un presupuesto de 8,5 millones; 5,3 kilómetros en dos tramos de la C-55, entre Manresa y Callús, y 8,4 kilómetros en la C-31 en Vilanova i la Geltrú.
En cuanto a la implantación de carreteras 2+1 en 2027, Territorio tiene para programar 38 kilómetros (con un coste de 74,3 millones de euros), de los que casi 30 en varios segmentos de la C-12 (prácticamente 50 millones de euros), y seis en la L-311 entre Cervera y Alfésa de Segarra (11 millones de euros). Además, 2,6 en la C-35 en Riells i Safaja-Sant Feliu de Buixalleu (8,5 millones), en La Selva, y 2,1 en la C-66, entre Serinyà (Pla de l’Estany) y Sant Ferriol (Garrotxa) (6,1 millones de euros).
Desde el Departamento de Territorio calculan que la duración media de estas obras se mueve entre los siete y nueve meses, aunque “depende un poco de la complejidad” de la vía. En este sentido, apuntan a factores como, por ejemplo, si “pasa por una zona más o menos urbana”.
Instalación de bandas sonoras
Paralelamente al impulso de las carreteras 2+1, el departamento també prevé redactar proyectos de bandas sonoras longitudinales en 700 kilómetros de la red viaria entre 2025 y 2026 y destinar 2,5 millones de euros. Estos elementos que generan un ruido y hacen vibrar los vehículos se colocarán este 2025, entre otros puntos, en 151,8 kilómetros de la C-12; 54,1 de la C-31; 46,3 de la C-55 y 41,5 de la C-26. En 2026 en 34 kilómetros de la C-66; 18,6 de la L-310; 18,2 de la N-141c y 15,6 de la GI-553, entre otros.
El programa 2+1 cuenta con un grado de ejecución del 8% con una treintena de kilómetros hechos. Se tratan de 21,4 de la C-15 entre Vilafranca y Cabrera d’Anoia y 8,5 de la variante de Banyoles. La inversión llevada a cabo supera los 70 millones de euros y, por otra parte, está en marcha un tramo de 4,5 kilómetros en la C-35, entre Sant Celoni (Vallès Oriental) y Riells i Safaja (Selva).
La iniciativa busca reducir entre el 80 y el 100% de los accidentes mortales en todos los puntos donde está previsto actuar. Territorio concreta que el 40% de los accidentes por choques frontales en las carreteras convencionales de la Generalitat son por distracciones como factor único y en un 20%, además, como concurrente. Por otro lado, el programa 2+1 también pretende mejorar la fluidez de la circulación.