El 7,7% de los catalanes que tienen un contrato laboral viven por debajo del umbral de la pobreza. La cifra está por debajo de la media estatal, que es del 13,7%, según el informe ‘Pobreza laboral: cuando trabajar no es suficiente para llegar a final de mes‘ de Oxfam Intermón. El informe revela que los sectores más afectados por la pobreza laboral son la agricultura y el trabajo del hogar, donde tres de cada diez personas viven en la pobreza a pesar de tener trabajo. Sectores como la hostelería y la construcción también tienen este problema, que afecta a dos de cada diez personas contratadas. El informe dice también que uno de cada cuatro autónomos y de las contratadas a tiempo parcial sufren pobreza laboral.
La situación empeora entre las personas nacidas fuera de la Unión Europea (UE): un 30% están en situación de pobreza laboral. De hecho, es el país de origen la característica demográfica que tiene más peso a la hora de explicar qué personas se ven más afectadas por la pobreza laboral.
Por comunidades, Andalucía es la que tiene una tasa de pobreza laboral más alta, un 19,4%; seguida de Extremadura (17,2%) y Castilla la Mancha (15,4%). En el otro lado están Navarra (6,3%), País Vasco (6,6%) y Madrid (7%).
El informe constata que es más probable sufrir pobreza laboral en las comunidades del sur y del levante peninsular o en Canarias. Añade que en España hay dos brechas de desigualdad territorial: del campo a la ciudad y los desequilibrios existentes entre el centro y el norte peninsular y el resto de la península.
Oxfam Intermón afirma que a pesar de la creación de empleo, el sistema productivo y el modelo económico español continúan generando puestos de trabajo de baja calidad. La consecuencia de ello, según la organización, es que tener un trabajo ya no garantiza llegar a final de mes en condiciones dignas. Además, el encarecimiento de la vivienda y de los servicios básicos ha agravado aún más el problema. Los hogares en situación de pobreza laboral destinan entre el 67% y el 79% de los ingresos al pago de la vivienda y los servicios básicos.
Por otro lado cuatro de cada diez familias con tres menores a cargo o más y tres de cada diez hogares monoparentales (el 75% con una mujer como referente) se encuentran en pobreza laboral.
Efectos emocionales
Oxfam Intermón apunta que más allá de las implicaciones económicas, esta situación deja “una profunda huella emocional” ya que estas personas se ven obligadas a vivir para trabajar, deben destinar el sueldo íntegro a gastos básicos y renunciar a cualquier forma de ocio. “Vemos el agotamiento y la desesperanza de los que, a pesar de tener trabajo, no pueden avanzar económica ni disfrutar de una vida digna”, afirma el responsable de políticas de protección social y empleo de la organización, Alejandro García-Gil.
Más de la mitad de los hogares en pobreza laboral han tenido que renunciar a servicios de salud esenciales como tratamientos dentales, gafas o seguimiento psicológico, debido a la falta de dinero.
Ante esta realidad, la organización ha reclamado que se cree empleo de calidad, que haya una protección social más amplia y se reforme el sistema de prestaciones, de manera que las familias más vulnerables no queden desprotegidas.